Haiayel
Armas para el combate.
Ángel 71
Protege y transmite su conocimiento a todos los nacidos del 12 al 16 de Marzo aprox.
Pertenece al coro de Ángeles 7º
Es portador de la esencia llamada “Discernimiento y Protección”
Significa: Dios dueño del universo
Virtudes y poderes que otorga:
Confusión de los malvados y liberación de los que quieren oprimirnos, protección a todos los que recurren a él, les da la victoria y la paz; energía para la lucha cotidiana, distinciones por el valor, el talento y la actividad; discernimiento.
Tendencias a evitar o superar provocadas por el ángel contrario: la discordia y las tendencias a la traición.
Programa-Leccion: Ser capaz de perdonar las ofensas de los demas.
Fechas en las que se le puede rezar para obtener sus dones:
• Del 12 al 16 de Mar (Exactamente de 20º a 25º de Piscis). Los nacidos en estas fechas le pueden invocar en cualquier momento del año, pues es su ángel físico.
• El 1 de Junio (10º a 11º de Géminis), el 15 de Agosto (22º a 23º de Leo), el 28 de Octubre (4º a 5º de Escorpio), el 8 de Enero (16º a 17º de Capricornio), y el 19 de Marzo (28º a 29º de Piscis). Los nacidos en estas fechas le pueden rezar en cualquier momento del año, pues es su ángel emotivo.
• Diariamente 20 minutos desde las 0 a las 0,20 horas después de la hora de salida del sol. El ángel que rige los 20 minutos en que la persona nació es su ángel mental.
Plegaria
HAIAIEL, Dios dueño del universo.
Mis labios loarán altamente al Eterno y lo celebraré en medio de la multitud.
HAIAIEL: Haz que mi naturaleza emotiva se integre armoniosamente
en el gran Cuerpo del Pensamiento.
No dejes que en ningún recodo de mi ser
algo permanezca anclado en mi pasado.
Y si la sangre inocente de Abel clama venganza dentro de mi,
permite, Señor HAIAIEL, que mi corazón comprenda
las razones de mi cabeza,
de manera que jamás levante mi mano
ni contra los seres ni contra las cosas.
Y cuando los poderes del Aleph me sean dados,
ayúdame, Señor HAIAIEL a expresar la doble verdad
de los deseos y de la mente, de una forma equilibrada
y útil para los demás.
Como perfecto intermediario
entre los señores del cielo y los hombres de la tierra.
HAIAIEL exhorta :
Mis raíces están en el Agua,
pero mi tronco y mis frutos están en el Aire;
mi savia, desde el pasado,
se proyecta hacia el futuro como una cascada.
Hay en mí un afán de quemar etapas;
la divina impaciencia se expresa a través de mí
y te contagia de ella, peregrino, armándote soldado
de ese ejército de la impaciencia que lucha desde hace siglos
para vivir a niveles superiores a los que corresponde a cada uno
según el lugar que ocupa en el orden de la Creación.
Yo haré, peregrino, que esa impaciencia
te conduzca a metas felices.
Yo haré que tras la victoria venga la paz.
Yo haré que tu combate se vea iluminado
por la visión de las esferas divinas,
y que tu exigencia de rigor se vea acompañada
del perfume de la justicia.
Yo uniré en ti a Binah, Hesed y Gueburah para que,
desde esa triple plataforma,
puedas proyectarte a los dominios jamás hollados de Hochmah
y ser pedestal de la Eternidad.
“Mis labios cantarán al Eterno y lo celebraré entre la gente”.
Haiaiel, otórgame discernimiento y protección en el combate y en la lucha diaria; haz que mis enemigos sean confundidos y libérame de mis opresores. Dame energía y valor para obtener la victoria en el combate espiritual y presérvame de la discordia y las tendencias traidoras.
HAIAIEL: 'LA DERROTA DEL CABALLERO NEGRO'
La princesa Aura acababa de cumplir su mayoría de edad y aquellas 21 campanadas anunciaban con armonioso compás aquel acontecimiento.
Debía sentirse muy feliz, pues todas las doncellas sonaban con ese momento, sin embargo, aquella hermosa flor, tan cálida y suave, se sentía embargada por una profunda tristeza. El día mas esperado de su vida se estaba convirtiendo también en el mas amargo.
Tan solo podía haber una razón para que la joven Aura se sintiera tan apenada.
- Hija miá, hoy cumples tu mayoría de edad y ha llegado el momento de buscarte un esposo -le dijo su padre, el rey de Lumer, la tierra del talento -.
-Pero padre aun soy joven y lo que es mas importante, no estoy enamorada -contesto la princesa ruborizándose -.
-Tonterías, ya tienes edad, y en cuanto al amor no te preocupes, tendrás tiempo para ello - dijo tenazmente el rey -. Debes prepararte, pues en la próxima luna se celebrara un torneo, aquel que venza sera el caballero que te desposara. No hay nada mas que hablar.
La princesa se retiro a sus aposentos y lloro hasta quedar rendida.
Y el día del torneo llego. La noticia que había proclamado el rey llego hasta todos los lugares y de los mas remotos confines de la tierra, fueron llegando caballeros con el único deseo de ser esposo de tan delicada flor.
Durante siete días estuvieron compitiendo y ya tan solo quedaban dos finalistas que se enfrentarían en un ultimo duelo.
Aquellos dos caballeros eran sin duda los mas diestros. Uno se distinguía por su habilidad en el manejo de la espada, el otro por un extraño poder malévolo
Todos esperaban que la destreza ganase la partida a la crueldad, pero se equivocarían, pues el caballero negro no dio oportunidad para que su rival se defendiera.
Un grito surgió de las gargantas de todos cuantos estaban asistiendo al espectáculo Aquel acto de cobardía había sido traicionero, pero nadie se atrevió a hacerle frente a aquel sanguinario guerrero.
-He ganado mi derecho. Entregadme a la princesa -dijo el ganador del torneo -, mientras que amenazaba al rey con su espada.
Ante las miradas de asombro del pueblo, el caballero negro se llevo a la dulce Aura, sin que nadie le opusiera resistencia.
Pasaron los días y el rey cayo enfermo de desesperación Se sentía culpable de lo que le había sucedido a su hija, y no sabia que hacer.
Cierto día, llego al palacio un humilde escudero quien decía poder salvar a la princesa. Muchos se rieron de el, sin embargo, fue recibido por el rey.
-Decís que podréis salvar vos solo a la princesa -pregunto sin convicción el rey -.
-Forjadme una armadura y una espada con este metal que os entrego y os lo demostrare -contesto seguro de si el apuesto joven -.
- Como os llamáis muchacho? -pregunto intrigado el Soberano -.
-Mi nombre es Haiaiel, señor, vuestro mas humilde servidor.
A la mañana siguiente, el osado Haiayel recibió una armadura plateada y una espada que despedía una luz poderosa, y con ellas partió en busca del caballero negro.
Cuando le encontró, mantuvieron una terrible lucha. Las fuerzas del mal combatían con celo y astucia, pero esas armas no eran suficientes para vencer a las fuerzas del bien, quien superando aquella magia negra, consiguió la victoria definitiva sobre ella.
La princesa fue rescatada por aquel valeroso escudero, quien al llegar a palacio y por la gracia Divina encomendada al Soberano, fue nombrado caballero. Ya no marcharía de aquel reino, pues la princesa Aura no le permitiría hacerlo.
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