ABORÍGENES ASTRALIANOS, Entre las muchas civilizaciones que han pasado por la tierra, también merecen especial atención Los aborígenes Australianos, los últimos pobladores del desierto.
Que Marlo Morgan retrata en su libro. Las voces del desierto, un libro precioso, que merece la pena leer.
Comentario al libro: Uno de los libros que más me impresionó que no solo contiene un mensaje de aprendizaje, sino además es divertido de leer ... el viaje de Marlo Morgan al Outback de Australia, conviviendo con una tribu de aborígenes atravesando el desierto.
Otra cultura que ya prácticamente a desaparecido y de la cual tenemos mucho que aprender.
Los gagadu, los habitantes tradicionales de estas tierras, llegaron hace dos mil generaciones, miles de años antes de que los primeros imperios y civilizaciones dejaran su huella en la Historia escrita. Desde entonces han habitado aquí, aprendiendo a vivir del entorno al tiempo que modificándolo. A lo largo de decenas de miles de años, dejaron su impronta espiritual en la forma de pinturas rupestres en miles de paredes y oquedades rocosas de la región, permaneciendo aislados hasta la llegada en el siglo XVII de pescadores indonesios, los macassan. Los dos pueblos eran completamente distintos pero dado que su relación era meramente superficial y basada en el comercio, el modo de vida aborígen no se vio alterado. La llegada de los hombres blancos tuvo un efecto completamente diferente. La percepción que éstos tenían de aquéllos no podía ser más negativa. Los primeros exploradores holandeses emitieron opiniones nefastas: “salvajes, crueles y bárbaros negros” (Willem Jansz, 1606) o “las más miserables y pobres criaturas que jamás he visto” (Jan Carstenz, 1628). La llegada de colonos, el establecimiento de granjas y el empleo de mano de obra aborígen terminó por quebrar las bases de una sociedad que había conseguido permanecer estable durante decenas de siglos.
El arte rupestre aborigen sigue teniendo en Kakadu una función social para las comunidades que habitan la zona. Muchos de los conjuntos de pinturas de Kakadu son lugares tan sagrados que se mantienen en secreto. La creencia en el Sueño continúa siendo importante para gran parte de la población aborigen. Para ellos, la mayoría de los espíritus todavía viven en los lugar es donde se asentaron después de sus periplos para encontrar un acomodo en la creación. Esos seres aún dominan fenómenos como la lluvia o el viento y condicionan la fecundidad de la tierra y de las mujeres. También son los guardianes de la cultura, ya que instauraron las reglas sociales y los rituales que han de llevarse a cabo en cada lugar sagrado. Además, continúan guiando a los hombres en sus sueños. Estos espacios son conocidos como djang andjamun o sitios sagrados, cuyo acceso está únicamente permitido a aquellas personas a las que la ley aborigen ha otorgado la responsabilidad de su custodia. Al igual que sucede en Uluru, en el centro de Australia, aunque ahora se admiten turistas en los parques nacionales, éstos sólo pueden visitar ciertos grupos de pinturas no sagradas.
Puede que ahora los aborígenes tengan nombres cristianos y que vistan con tejanos, pero hay algo en su interior que no ha podido librarse de miles de años de tradición. Esos espíritus de extrañas formas nos resultan ajenos, incluso
alienígenas. Pero para ellos aún son a lgo real, fuerzas que hay que tener en cuenta. Su sentido de la continuidad, de ser parte de una cultura que se cree anclada en la niebla del tiempo y en los mitos que rodean el origen de la sociedad humana en la Tierra, es algo probablemente sin parangón en ningún otro pueblo del planeta. Son parte de una civilización antigua que, en sus creencias religiosas, dejaron atrás hace mucho tiempo las preocupaciones materiales, pasando a caminar mental y espiritualmente por un paisaje de rocas y montículos, estanques y billabongs, todos ellos al tiempo sencillos y sagrados.
Esta novela transmite unos conocimientos muy profundos. Es una novela que a mí especialmente me ha cambiado la forma de pensar.
El principal mensaje es que lo material no hace más feliz nuestra vida.
Existen otras culturas que sin tener nada son más sabias y viven mejor que todos nosotros, tal vez sea por su forma de ver las cosas, o por que se lo toman todo con mas calma, viven menos estresados, y eso les permite pensar en si mismos y mejorarse, para levar una vida completamente espiritual.
Su saber es tal que por ejemplo no les hace falta hablar para comunicarse. Esto me llamó mucho la atención por que eso nos hace estar más tranquilos.
La novela también me transmitió que muchas cosas de las que tenemos no nos hacen ni más feliz ni nada. Y que nuestra sociedad camufla todo.
Y me llega a la cabeza una pregunta, ¿cómo es que estos aborígenes que viven sin nada mas que lo que la naturaleza les da estén tan sanos? ¿Y nosotros que creemos estar protegidos con tantas vacunas y tantas medicinas nos ponemos mucho más enfermos y existen tantas enfermedades?
La vida en la naturaleza, viviendo de lo que esta nos da es lo mejor que hay, aunque para nosotros es muy duro ya que estamos acostumbrados a vivir con toda las comodidades. Si nos las quitasen, como le pasó a Marlo Morgan, no sabríamos que hacer, pero aprenderíamos y nos daríamos cuenta de que lo que tenemos no nos da la felicidad.
Es una novela muy profunda, transmite muchos conocimientos, y a mí personalmente es una de las novelas que más me ha gustado.
Espero que a vosotros también os guste, un abrazo.