Para viajar en tu “Camino”, existen muchos medios, técnicas, sendas, de todo tipo y todas absolutamente válidas. Para finalizar el 2012, decidí investigar en Kay Zen, con una técnica terapéutica poderosa: RESPIRACIÓN HOLOSCÓPICA. Hija de la Holotrópica de Groff reúne requisitos importantes para “desatascar" todas las bolsas de dolor que habitan en el inconsciente. La técnica es muy sencilla, pero no por ello carente de fuerza. Simplemente consiste en hiperventilar, esto crea que el cerebro reciba más oxígeno y crea un estado alterado de consciencia que permite “viajar” a todo el universo personal, colectivo, transpersonal y más allá. No digo que esta técnica sea la panacea, pero, no he conocido al primero que lo deje indiferente. Siempre algo pasa, aunque no pase nada. Sabiamente combinada con atención plena de Mindfulness resulta bastante potente y liberadora. No sé con certeza qué sucede pero comienza a movilizarse energías reservadas desde hace siglos. Me crea una gran expansión y comprensión.
En una de los retiros de Holoscópica viví un suceso en el “viaje” bastante significativo. En realidad todo es importante pero este tenía que ver con algo anclado en lo más profundo de mi mente. Me permito relatar la “película”:
"Me dispongo a respirar, mi cuerpo está cansado, tengo agujetas, el intruso hermano (Ego) aprovecha el momento de debilidad para decirme:” ¿Qué haces, vámonos a casa a ver una peli? Esto es un machaque constante” Pensé en el Cristo, cuando estaba en el desierto, hambriento y cansado, entonces el Diablo (su oscuridad) le tentó. Yo oí a mi diablo interno, pasé de él, y me dispuse a entregarme al viaje.
Mi cuerpo fluía al ritmo de la música, aparecían diferentes símbolos que no lograba entenderlos, porque no estaban en mi registro mental: geometrías, como mandalas, triángulos y ojos. Luego de esta exposición de símbolos, apareció un chamán con una máscara larga hasta los pies, parecía hecha de paja, y danzaba con un bastón. Estaba acompañado de muchos animales: arañas, un piojo enorme, y aves, y una especie de dragón,-perro peludo-pájaro. Luego yo tendida en el suelo, experimenté un desmembramiento. Yo tomé un cuchillo y me abrí desde el pubis hasta el ombligo. Era como una ritual, me saqué mis ovarios, mis órganos femeninos y se los entregaba a la divinidad en señal de mi entrega, era una ofrenda. Luego yo me sanaba con mis manos, mis manos tenían mucha energía, tocaba mi cuerpo, mis manos me curaban, especialmente lo que corresponde a la zona de los tres primeros chackras, y mi cabeza. Era un momento de sanación, tenía mucha energía curativa brillante. Todo lo que tocaba yo lo sanaba.
Seguí respirando, y me fui a otro episodio distinto. Yo era un caballero con armadura y una cruz roja en el pecho. Recuerdo que la armadura pesaba mucho. Con una gran espada, muy bonita. Yo hacía parte de un ejército, y estaba a solas alistándome para ir a una gran batalla. Me arrodillé encima de mi espada y me dispuse a hacer una plegaria, solicitando protección por mi servicio. “ Proteger y Servir” “ Esto lo hago para Servir y Proteger” me decía. Algo curioso era que yo no veía mi rostro. Aparecía en blanco, usualmente en el viaje, primero suelo ver estos “personajes” desde afuera, y luego, soy yo esos personajes y veía desde sus ojos. Después de la plegaria, me fui a esa guerra, era muy audaz con la espada, mataba con mucha rapidez y mucha ligereza. Maté a muchos. Al final de la batalla, ganamos, enterré la espada en la tierra, y entonces salió el sol del amanecer, entonces vi la verdad: mis manos estaban manchadas con la sangre de todas esas cabezas cortadas. Y eso me conmocionó, me sentí muy culpable. En realidad, estaba auto convenciendo de que lo que hacía era lo correcto, pero esa sangre derramada por la violencia me decía otra cosa. Con ese pesar me presenté a donde un Rey, una autoridad, recuerdo que estaba arriba en varios escalones sentado en un trono lujoso. Fui a presentarle mis respetos y a decirle nuestra victoria. Pero yo fui a algo más: a entregarle mi espada y decirle que me diera permiso para dejar el ejército. Me quité el casco para decirle mis intenciones, y para mi sorpresa, era una mujer de pelo largo, peliroja, o rubia. Ahí me di cuenta de que era una mujer, y llorando esa guerrera le dijo al Rey que renunciaba al ejército. Que ya no podía hacerlo más, aunque fuera muy buena guerrera. Entregó sus armas al rey, y con la venía del mismo se internó en un monasterio, creo que cristiano... la culpa me llevó al otro extremo. Un extremo religioso. Y desde ahí comencé a servir a ese grupo. No me queda claro qué tipo de religión era. Luego morí de anciana en ese convento. Y experimenté esa muerte y lo que sucedió después de esa muerte, mi viaje hacia el “otro lado”. Lo primero que se me presentó fue la Diosa, Madre compasiva, y amorosa, y luego Otros Dioses. Yo me presenté ante ellos con las manos ensangrentadas por mis batallas absurdas de mi vida terrenal, y ellos me recordaron que soy Digna. Que ellos no tenían nada que perdonarme, me enseñaron quién realmente era yo: La Reina y el Rey de la consciencia, Del Ser. De mi Ser. Ellos habían venido a recibirme no para juzgarme sino para honrarme por mi valentía. Lloraba y me reía, lloraba y me reía como una loca. Fin del viaje.
Sentimientos, sensaciones y Tomas de consciencia:
“Proteger y Servir” “ Esto lo hago para Servir y Proteger” me decía en el viaje. Me estaba autoconvenciendo, ya me conozco este tipo de argumentos mentales. En el fondo de ti sabes que estás caminando en contra de ti mismo y entonces aparecen esa voces fuertes, casi gritonas, y muy elocuentes para decirte que lo que haces es lo “correcto” Cada vez que me oigo con estos argumentos firmes y sólidos, me huele a timo, o mejor, auto-timo.
Me llamó la atención después del viaje, cómo la culpa o una sensación desagradable nos lleva de un extremo a otro. En este camino observado, la culpa me llevó a un extremo religioso. No obstante seguí albergando una sensación, de no ser digna, me impuse una penitencia, no alcancé a expiar mis “errores” en la tierra. Me llevé mi saco de tormentos al “otro barrio” No me lo perdoné. Es tan importante perdonarse las cosas...cuando no me perdono no tengo paz. Ni en vida ni en muerte.
Este hecho encontró resonancia con una sensación que tuve por la mañana antes de esta respiración, en una meditación dinámica, la danza del corazón. Conecté con una sensación de “NO SER DIGNA” de no estar haciendo bien las cosas. Me pregunté si estaba caminando en contra de mi corazón. Me pregunté en esa meditación, tocándome el corazón, si estaba haciendo lo correcto, si estaba en el “camino” o si me había perdido. Me pregunté si Espíritu estaba orgullosa de mi, o si por el contrario estaba defraudándole. Incluso sentí la necesidad de pedir perdón por no sé qué, quizás por no ser lo suficientemente perfecta. Por no encarnar su gloria en mi. Me exijo demasiado a veces…Y En esta “película inconsciente” pues se presentaron los mismos sentimientos de indignación.
Llevo arrastrando hace mucho tiempo esta sensación de “caída”. De estar desconectada, y desorientada de esa fuente que conozco intuitivamente pero que se confunde en mis tribulaciones mentales. Me he preguntado millones de veces si le he estado sirviendo bien a Dios-Diosa, que si estaba haciendo lo suficiente, si soy digna de ser su servidora. Meditando tiempo después sobre esa "desconexión" vieja y añeja, recordé mis primeras clases de catequesis para la comunión ( crecí en el catoliscismo), y recordé la caída de Adán y Eva...también recordé la oración "Acto de Contrición : " Yo confieso ante Dios todo Poderoso que he pecado mucho de pensamiento, palabra y obra y omisión... Por mi culpa...por mi gran culpa... ( y aqui en la eucaristía tenias que tocarle el pecho y golpeartelo) Por eso confieso ..." me educaron para sentirme culpable, indigna, y poca cosa. Me he pasado toda mi vida pidiendo perdón por existir. Por Ser, porque una serpiente y una primera mujer tomaron una decisión deshacertada, y entonces por ello soy culpable, concluí desde pequeña con el "pecado original" que era "mala". El Cristo se sacrificó por mi...soy mala entonces...Luego, recordé los juicios penales. El juez dice " Culpable" Luego recordé a las pacientes o consultantes que vienen con su discurso de dolor " Es culpa de mi padre...es culpa de mi marido...Es culpa de mis hijos..." He vivido en una sociedad de "Culpabilitis aguda" La mayoría de los sistemas importantes que han regido mi vida ( Religión, Educación, relaciones amorosas y familiares) están basadas en: La CULPA. Si un hijo no hace lo que la madre o la familia espera, aparece el cóctel de manipulación-culpa en el acto. " Yo que padecí tanto cuando naciste...que te he cuidado desde pequeño y así me pagas..." dicen algunas madres. Y uno como hijo, que quiere ser amado, pues acepta la flecha que dice " eres malo".
Esas fueron las conclusiones después del regreso de mi viaje "holoscopiano". Luego volví a la cotidianidad, mi casa, mi pareja, mis libros, el trabajo, mis pacientes, mis consultantes del tarot etc.Comencé a preguntarme si también ellos se sentían indignos, y aunque quizás era obvio, pues no lo había pensado, o mejor no lo había meditado. Percibí que casi todas las relaciones humanas están basadas en la culpa. La "Culpabilitis" abunda por doquier. Cuando alguien comete un descuido o un error la frase más frecuente es "Es tu culpa". "Es culpa de los políticos" dice la gente por la calle. En el trabajo también, los empresarios juegan con esto con bastante frecuencia, los subalternos suelen llevar las cargas de estas emociones. Culpa es igual a miedo. La familia "pilar de la sociedad" tampoco escapa de la trampa.
Y así sucesivamente...¿ Qué hacer? ¿Cuál es el camino?
Una cura para la culpa es el amor propio, el sostener nuestro corazón sin juicio " bueno o malo" sino saber que se hace lo que se puede, lo necesario. No hay verdugos, excepto la voz mental. Si no albergo culpa en mi ¿quién me va a manipular? Si sé y experimento mi inocencia más pura ¿Quién me va a convencer de que soy pecadora y estoy sucia?
Finalmente, fue fantástico sentir que soy muy amada y aceptada. Y que la única parte de mi que no se quiere, y que se culpa, es la que es Mentira. Porque en el fondo de mi corazón YO SOY DIGNA Y VENERO MI GRANDEZA. Mi espíritu está contento. Celebro esta alegría en esta planeta, celebro lo que estoy haciendo ahora, supe de mi poder y de mi humildad, y de mí. Y comparto mi poder con mis hermanos y hermanas, también poderosos y poderosas. Con amor
Luna .
Fuente: http://tarottranspersonal.blogspot.com.es/
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