Se ha escrito mucho sobre el aura y los cuerpos energéticos y sutiles, sin embargo he leído muy poco sobre los cordones de energía.
Deedre DIEMER, en su libro “Terapia con los chakras” dice que los cordones de energía son peticiones de atención por parte de la gente. Son líneas de energía que recuerdan a un cordón o cordel que entran en uno o más de tus chakras y te conectan con otra persona.
Desconozco si esto tendría relación con las teorías de cuerdas que proponen algunos físicos pero creo que más de uno hemos experimentado esto de los cordones, esta “sensación” de estar “atado” o “conectado” a otra persona.
Según DIEMER, se trata de una práctica muy común entre los seres humanos y a un nivel más básico, entre los animales y los humanos. Quizás esto explicaría las “asombrosas” relaciones que a veces mantenemos con algún animal muy cercano a nosotros, o las famosas sincronicidades que se dan entre hermanos gemelos.
Parece ser que la creación de cordones tiene lugar en todo momento y a nivel superficial sería algo bueno pues nos ayuda a conectarnos con otra persona pero llevado a un extremo puede ser muy destructivo conduciendo a que una persona sea controlada por otra.
Un cordón no puede ser forzado sino que necesita de nuestra aceptación a algún nivel. Por tanto, las preguntas que debemos hacernos cuando hemos sido acordonados son: Deseo conservar este cordón? Si no lo deseo, cómo participé para permitirlo?
Puede ser que queramos dejar algunos cordones por algún tiempo porque sean relativamente inofensivos y no nos chupen energía. Un ejemplo de acordonamiento positivo es el de los amantes que pasa por el segundo (sexualidad) y cuarto (amor) chakra. Asimismo, el cordón en el primer chakra entre una madre y su hijo es necesario. Incluso nuestros animales domésticos nos ponen cordones.
También existen cordones negativos cuando nos manipulan, cuando hay dependencia física, emocional, mental, etc…
Supongo que cuando se da algún acontecimiento telepático o cuando estamos sanando a distancia esta relación también se establece gracia a los cordones.
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