Mensaje 17
ESPIRALIDAD Y ESPIRITUALIDAD
CONOCENCIA, CONCIENCIA, CASAS.
CONTINUANDO:
Hemos visto que el concepto conciencia es una contracción de la palabra conocencia, y que el individuo se conoce a sí mismo en la medida en que conoce la vida, y viceversa; es decir, también en la medida en que conoce la vida por las vivencias y experiencias se conoce mejor a sí mismo.
En efecto, la "conocencia" se forma de todo aquello que hemos conocido en nuestro caminar por este mundo, de nuestras vivencias y experiencias, dolorosas la mayor de las veces, pues nadie nace sabiendo, y va enterándose de como son en realidad, o sea, conociendo, a base de caer y levantarse, de errar y corregir pagando el precio, de forma que al corregir errores cometidos aprende y conoce como actuar sin afectarse a sí mismo ni a nadie, y al incorporar a su experiencia lo vivido, integra la conciencia.
A la palabra conciencia se la asocia con aspectos de tipo Iniciático y religioso, pero significa el grado de comprensión que tiene el humano en un momento dado en base a lo vivido.
El ciclo de movimiento de la vida del humano es en forma circular ascendente, pues jamás camina hacia atrás ni hacia abajo, siempre adelante y hacia arriba, creando espirales.
Las espirales se hacen con la conocencia, pues al conocer la realidad, al aprender, el humano asciende, sube, de forma que al ir acumulando conocencias o vivencias, que es lo mismo, a la vez va ascendiendo en base a los conocimientos que va integrando, y que en cada vuelta ascendente que va dando al ir aprendiendo, va integrando una vida espiral, positiva siempre.
Con el paso del tiempo y la acumulación de vivencias, esa espiralidad toma el nombre de espiritualidad, y finalmente, esa espiralidad, cuando se convierte en espiritualidad, integra la conciencia.
Espiritualidad y conciencia son casi gemelos de espiralidad y conocencia.
En síntesis:
Permítaseme ser repetitivo para mejor explcación y disculpe la insistencia.
Una persona es Espiritual cuando por las experiencias vividas aprende y respeta que no debe de hacer tal o cual cosa porque es dañosa para sí misma y para quienes le rodean, pues entonces se vuelve ejemplar, juiciosa, respetuosa y respetable por su preclaro comportamiento, y se dice que el ser que es Espiritual tiene conciencia, y en efecto así es.
La conocencia produce espiralidad, pues se crece en espíritu y en verdad al conocer la forma de no cometer más errores y corregir el rumbo.
Pero aquí cabe una aclaración:
La conocencia tiene lugar cuando el individuo experimenta el dolor de sus errores, y se vuelve conciencia cuando aprende a ya no repetirlos, sin embargo, cuando conociéndolos los repite, el ciclo se vuelve plano, un círculo vicioso, no espiral, y se queda en la conocencia.
Ejemplo: un vicioso que sabe que la droga le hace daño pero desea continuar usándola, entonces no pasa de ser simple conocencia.
Más, cuando se vence a sí mismo, y conociendo que no debe continuar haciéndolo, aunque lo desee fuertemente, deja de hacerlo, entonces la conocencia se vuelve conciencia.
Luego, la conocencia no produce espiralidad, sino el paso de conocencia a conciencia, pues entonces, al salir del círculo vicioso, al dejar de hacerlo, en su siguiente vuelta el círculo se vuelve ascendente, un círculo virtuoso, un círculo espiral, y es entonces que la conciencia produce espiralidad
Es así que la conciencia produce espiritualidad.
De esta forma, por los errores y aciertos experimentados en su transcurrir, pondera el humano por anticipado el resultado de las acciones que desea emprender, estableciendo parámetros de conducta que resume por conocimiento previo de lo que podría producirse si se actuara en forma instintiva.
Al acto de prever tales resultados, y evitar así las acciones que los desencadenarían, se le denomina conciencia; y así, tener experiencia por errores del ayer, es tener conocimiento, conocencia de las cosas.
El prever el resultado de la acción que se desea emprender en un momento dado, es muy saludable, pues de esa manera se evitan conductas dañosas y consecuencias lamentables, tanto para sí mismo como para los demás, y de esta forma, a quien primero se evita dañar es a uno mismo, lo cual pone en práctica el dicho que expresa que “el buen juez por su casa empieza”.
Así, la experiencia permite que por necesidad, se conozca en primer término “la casa” o templo que les contiene, juntamente con todos los niveles que les conforman.
Vimos someramente lo que es necesario para “pasar” al mundo – Escuela siguiente, o sea, a “la siguiente casa cósmica”, lo que en teoría suena entendible y aparentemente fácil.
Aquí es bueno apuntar que el término “casa” no se refiere únicamente al conjunto de ladrillos, de cemento armado o madera en que vivan, ya que así como el cuerpo humano, siendo uno, se compone de varias cosas o sentidos que son: Ojos, oídos, nariz, boca y manos, los que a su vez proporcionan la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, el cuerpo constituye apenas la primera casa en que viven.
Y digo la primera, ya que no es la única, como verán a continuación.
Más propiamente dicho:
La primera casa de los humanos es su propio cuerpo, porque en él viven.
La segunda casa lo es su domicilio particular, o sea, la edificación material en donde habitan.
La tercera lo es la ciudad en donde se ubican los grupos sociales de humanos y su casa de ladrillos o del material de que esté construida.
La cuarta lo es el Estado del País en que se ubica su ciudad.
La quinta lo es su propio País.
La sexta lo es el continente en el cual se encuentra su mencionado país.
La séptima lo es el planeta Tierra juntamente con su atmósfera.
La octava lo es el sistema planetario en que se localiza este planeta.
La novena lo sería la galaxia de la que forma parte su sistema planetario, y así, sucesivamente, todo lo cual integra la cadena ecológica de La Unidad Cósmica.
Y aquí, yo pregunto con todo respeto:
¿Qué está haciendo usted por su casa?
Es decir, no solo por los apartados en que se divide su ser, sino por todas las anteriormente expresadas, es decir:
¿Qué esta haciendo usted por usted mismo?, ¿por la humanidad?, ¿por lo que le rodea?, ¿por el planeta?, ¿por el sistema solar?, ¿por las estrellas?, ¿las constelaciones?, ¿el universo?, y así, ¿hasta llegar al concepto que tenga usted de DIOS?
Dense cuenta de que la humanidad no puede salir todavía de este átomo cósmico, de éste sistema solar, por la enorme distancia y el tiempo que ello representa hasta hoy a la humanidad actual, y con ello, que no pueden llegar aún a sus confines, y si no le alcanza el desarrollo cerebral hasta ahora obtenido para comprender la distancia que suponen las galaxias, las constelaciones y demás, menos van a creer que están metidos en un Organismo aún mayor, compuesto de todas las “casas” que puedan intuir, al que llaman Cosmos, que también tiene vida.
LOS ESPERO EN LA SIGUIENTE PUBLICACIÓN.
(Continuará):
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