Al igual que en el principio hermético de la polaridad todo es cuestión de grado, la sexualidad humana puede ir desde un instinto básico puramente animal hasta una experiencia sagrada. La mayoría de los occidentales estamos más cerca del instinto animal pero curiosamente todas las culturas espirituales tienen sus propias enseñanzas encaminadas hacia una sexualidad sagrada: el tantra en la India, el kung fu sexual en China... Mucho tiene que ver el grado de consciencia que tengamos.
Decir que la energía sexual es de las más valiosas que poseemos (no en vano es generadora de vida) no es decir nada sorprendente. Sin embargo, qué poco sabemos utilizarla y con qué facilidad se derrocha.
Citando a Mantak Chia:
"La fantasia de algunas mujeres es tan intensa que pueden tener orgasmos a partir de su propia imagineria sexual, sin necesidad de contacto fisico.... ( yo añadiría que más que imaginería , se resume en visualizar y sentir ). Nunca subestimes el poder de la mente. Cuando aprendas a canalizar tu energia sexual por todo el cuerpo, podras experimentar oleadas de placer orgasmico cuando lo desees."
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"Elevar la energia sexual de tus geniales por la columna te permitirá sentir que una oleada fresca y revitalizante asciente por tu columna estimulando todos los nervios corporales en su camino. Durante el encuentro sexual, esta capacidad de elevar la energia sexual te permitirá expandir tus orgasmos genitales, convirtiendolos en orgasmos de todo el cuerpo. Finalmente, a medida que cultives tu capacidad de elevar la energia, podras sentir esta ola de placer orgasmico en cualquier momento sin tener que exitarte sexualmente. Esta es una de las mayores delicias".
Durante el coito se produce la fusión de las dos órbitas microcósmicas , mediante el pene y las lenguas que actúan como interruptores, creándose un intercambio de energía yang (masculina) con energía yin (femenina) y dando lugar a una órbita única.
Y realmente, es así.
Hay un dicho taoísta que dice: "la mente dirige y el chi (prana, energía) la sigue; el chi dirige y el cuerpo lo sigue". Así que podemos guiar la energía con nuestra mente. La forma de respirar también es importante, tanto a la hora de bajar nuestro nivel de tensión como de dirigir la energía.
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