Desde que nacemos estamos vinculados al mundo, a nuestro alrededor. El primer lazo que tenemos son los médicos y nuestros progenitores. Luego vamos conociendo nuestra familia, amigos y conocidos de nuestros progenitores, más allá de las personas que nos cruzamos diariamente. Estos vínculos nos enseñan a vivir la vida, aprender lo que hemos olvidado cuando hemos nacido. Por instinto empezamos a comer, y nos tienen que ofrecer la comida, tenemos distintas etapas hasta que vamos adquiriendo un hábito para comer.
Al mismo tiempo nuestro cuerpo tiende a cambiar a medida que pasan los años. Nos dicen cómo debemos comportarnos, vestirnos y aprender. Incluso en cada momento nos transmiten sus emociones; el enojo, la envidia, la rabia, la tristeza, la alegría y un sin fin de emociones que todas provienen del Amor y del Miedo. Normalmente los adultos traspasan los miedos a sus hijos e hijas inconscientemente. Si te fijas en un niño o niña, veras el reflejo de sus padres. Cuando empezamos nuestro camino de la vida llevamos con nosotros el Amor Incondicional, como la propia naturaleza, además de nuestro miedo a lo desconocido, ya que nuestro instinto de supervivencia nos hace tener miedo por nuestros ancestros. Tenían que tener miedo a sus presas para no ser devorados. ¿Ahora mismo necesitamos este miedo? ¿Por qué nos hacen creer que si? Este Amor y Miedo se nos transforma por la ignorancia que tenemos todos. El Amor se ha transformado en la unión de una pareja.
Sí, tenemos otros, la familia y la amistad. Pero solo nos quedamos allí. Este Amor que hablo es el que conforma una unión desde la individualidad a lo colectivo, hasta el infinito. Es un estado en que uno tiene Amor por el simple hecho de vivir y tener alma. Cuando nacemos es este Amor Incondicional lo que nos abarca, imagínense que muchos cuando nacen y ven a sus padres, ¿no volverían al lugar de dónde procedían? Los niños y niñas aunque vean a sus padres no les importan que hayan hecho en sus vidas, ellos y ellas quieren convivir con sus progenitores.
Por eso, cuando uno va creciendo va adquiriendo todo lo que le enseñan inconscientemente, ya que uno ni se cuestiona el porqué tiene este comportamiento y lo está transmitiendo de generación en generación. Así es como nos van transformando nuestro Amor Incondicional, hasta el punto en que uno solo sabe un puñadito de lo que es el Amor y no sabemos Amar. El Miedo también forma parte de nuestra vida, y gran parte de ella, podríamos decir que uno tiene y vive más con miedo que con amor. Es mejor vivir con miedo, con ello te lleva a la ignorancia y a no revelarte delante de nadie. Por eso cuando nacemos, y empezamos a tener cierta edad nos ponen miedos.
Nuestros progenitores no saben lo que nos están transmitiendo, ya que son inconscientes de los suyos. Así generación tras generación uno va adquiriendo los miedos de su familia. Por ejemplo, cuando somos niños y niñas, un progenitor nos chilla autoritariamente, por primera vez, imponiendo su forma de ser. Estamos adquiriendo un miedo, ya que para el infante es como un monstruo. Es un desconocido aunque sea su madre o su padre, ya que los Ama incondicionalmente y no saben que es esta reacción. Es simple, y de edad adulta cuesta entender este ejemplo, ya que podemos decir si el niño o niña necesita unos límites y me tiene que respetar. Bueno buscamos la forma que se podría poner límites sin miedo, y que adquiera el respeto que queremos. Antes de nada, nos podríamos preguntar ¿Tenemos respeto por nuestros hijos e hijas? Porque si no lo tenemos, ¿cómo queremos que nos tengan respeto? Así, con pequeñas actuaciones vamos transformando su miedo. Y cada vez más, una y otra vez estén inconscientemente para las futuras generaciones.
Los adultos somos el ejemplo de vida de los pequeños y pequeñas, solo nos imitan y resulta ser que les echamos la culpa y la responsabilidad, mira cómo son los niños y niñas de ahora, no se comportan, no saben obedecer. Claro se revelan en lo que no saben hacer sus propios progenitores, “me dices que obedezca, que cumpla y me exiges lo que tú no has sido, y tú mismo no puedes ni obedecer, ni cumplir, ni exigirte nada. ¿Por qué yo si tengo de obedecerte, cumplir y exigirme?” Es lo que estamos transmitiendo continuamente sin darnos cuenta de nada. Transformando todo Amor y todo Miedo. Uno de los medios que tenemos para no estar transmitiendo de generación en generación es romper las propias cadenas que uno lleva consigo. Cada uno tiene de ser consciente y responsable de sus actos, de su vida.
Saber sus propios miedos, descubrirlos, meterse dentro de ellos, ir al inicio de todo y aprender de ellos. En el amor también, podemos hacer una reflexión, encontrando el Amor que tenemos en nuestra alma, descubrir lo que somos esencialmente. Podemos romper nuestras cadenas tomando consciencia primero de uno mismo, luego del exterior, ya que descubriéndonos encontramos el resto. Nos podemos cuestionar como empezar actuar con las generaciones que vengan y con uno mismo, empezar ahora. El acompañamiento es una forma de estar al lado de una persona, individuo o alma. Saber darle la mano cuando lo necesita, entenderlo, comprenderlo, reír a su lado, llorar a su lado, sin recriminar, sin críticas, sin ideales, sin creencias, sin nada. Estar en el presente aquí y ahora.
Empezando con los niños y niñas, les acompañas en su desarrollo físico, psíquico y espiritual. Un claro ejemplo y simple, es cuando empezamos a andar, todo los progenitores tienen euforia porque sea cuanto antes mejor. El cuerpo es sabio y sabe cuando tiene de empezar a andar, antes tiene unos procesos de posturas importantes que hacer, uno le quita estos y quiere que ande. ¿Cómo?, si aun no sabe levantar la pierna. Queremos que levante no una, directamente las dos. Las consecuencias que generamos, que el pequeño o pequeña se caiga siempre. Su cuerpo aun no encontró su control postural, se cae sin poner las manos y aun empeora su golpe. Para acompañarlo, dejamos el niño o niña en el suelo, sin que se haga daño, y que haga su proceso evolutivo por sí mismo. Solo necesita un sitio cómodo y confortable con una seguridad.
Este es un simple ejemplo, de poder acompañar una relación, porque no deja de ser relación de progenitores con sus hijos e hijas. Cuando hay una comunicación ya tenemos la relación. Podemos encontrar infinitos ejemplos y no solo de adultos, jóvenes y niños o niñas, sino de adulto a adulto. Podríamos tener un ejemplo psíquicamente cuando un infante hace alguna travesura, en vez de estar chillando autoritariamente, podríamos preguntarnos, ¿Por qué lo está haciendo?. Porque no le dedicamos nuestra atención, porque dijimos prometiéndole alguna cosa y no la cumplimos, buscamos la causa de la travesura. Luego podemos acompañarlo haciéndole comprender el porqué tenemos esa situación, solo explicándole, a medida que pueda entender, pero desde muy temprana edad si explicamos el porqué de nuestros actos y proveemos, empezará a entender todo cuanto le decimos. Así, sin distorsionando su mente.
Tenemos ejemplos muy evidentes, y seguro que si nos descubrimos interiormente tenemos los nuestros bien escondidos, como preguntarnos ¿Por qué tengo este acto o el otro? ¿Cuál es la causa que me provoco este comportamiento?. Y muchas veces, uno descubre que en su niñez tuvo alguna relación que le conduce hacer un hábito inconsciente y no es su agrado hacerlo. Como decía en los adultos también nos podemos acompañar, convivir con personas, individuos o almas es difícil, pero sí posible, sobre todo cuando somos adultos y ya tenemos unos hábitos, miedos y amor distorsionados. Solo tenemos que aportar nuestra voluntad, también difícil, pero sí posible. Por eso, desenvolverse uno mismo puede ayudarle a aprender y a responsabilizarse de sus actos conscientemente. Además, de ir acompañando a otros adultos. Posiblemente lo que uno descubra de si, puede ofrecerle a otro ayudándolo.
En un momento dado uno puede decir yo lo sé todo, o casi todo de mi, del mundo y a veces caer en el error de que poco sabe, ya que posiblemente aun le queden cadenas sin conocerlas. Por eso, empezamos a juzgar, a criticar, a exigir, a responsabilidad a otros de nuestra vida y a decirles como tienen que vivir. Si partimos de la niñez podemos llegar a reconocer como nos lo sometieron a nosotros y es tan usual en nosotros que lo hacemos inconscientemente. Acompañar de adulto a adulto, podría ser la forma de ofrecer la mano, de dar esa seguridad, ese confort y comodidad como cuando somos pequeños y empezamos a andar. Estar al lado de la persona, individuo o alma, sin interferir en su vida, difícil de hacer, pero sí posible, como anteriormente hemos dicho, todos tenemos miedos incluidos. Hacernos conscientes que los tenemos y desenmascararlos, son muchos y podemos decir ”yo no tengo miedo”, si no tenemos porque nos afecta tanto perder el empleo, no tener dinero, que haya una crisis económica, que nos invadan, el terrorismo, ¿de verdad que no tenemos miedo? miramos interiormente a ver que encontramos.
Por ejemplo ¿Qué consecuencias tenemos si perdemos el empleo?, no tenemos para comer, ni para comprar, ni para tener nuestros vicios. Cuantos millones de personas están en esta situación y sabemos que viven así. ¿Es miedo a perder lo que tenemos? ¿Perder todo lo material que poseemos? ¿Mejor perder la naturaleza? ¿La Tierra? ¿Podemos decir que tenemos miedo? Buscamos en nuestro interior, ya que si no es así, ¿por qué no dejas de trabajar ya? ¿Por qué sigues con la presión de esta sociedad? Si somos conscientes de estar así podemos transformar este miedo que ya nos inculcaron de pequeños y grandes. También en el Amor lo vemos distorsionado, buscamos pareja continuamente, siempre vamos de pareja en pareja, es como si ahora fuera la norma de la sociedad. Los actos causados por nosotros mismos le damos la responsabilidad o culpamos a quien está a nuestro lado, a quien tenemos más confianza. Parecemos un partido de tenis que dura siempre, y es como decir “mira que bien, otros se separan, es lo normal”.
Cuando posiblemente ha sido por toda las cadenas que llevamos arrastrando en nuestra vida. ¿Qué esperamos encontrar? ¿La afectividad que no nos dieron nuestros progenitores? ¿Esperamos que alguien nos ame sin nosotros amarnos primero? ¿Por qué tenemos de buscar el Amor afuera cuándo nosotros no sabemos amarnos como somos? Si al fin terminas dándote cuenta de lo que has perdido. Y nos pasa en todos los ámbitos, trabajos, amistades, relaciones. ¿Qué es el Amor? Incluso sufrimos con él y decimos que es normal, aquí lo vemos todo normal. Así, seguimos repitiendo todos los actos de nuestras generaciones anteriores.
Veamos la historia del mundo, la verdad que nos podemos dar cuenta que nos relacionamos igual. Se puede decir que no y claro, hemos evolucionado. ¿La esencia es la misma? digamos que, ¿sabemos relacionarnos? Las guerras continúan, el poder continúa, la pobre continua. ¿Qué hemos hecho al respeto?, algo de cambio sí, pero a paso de tortuga muy lenta. Podemos estar para compartir, ayudarnos, teniendo presente la individualidad y la unión con los seres. Estar con nuestra esencia, como la de un árbol tiene, nunca deja de ser él, las personas, las almas perdemos la nuestra y no sabemos dónde nos encontramos. Perdidos vamos andando sin rumbo por la vida o vidas. Ante todo, de todo este texto, uno mismo se tiene que acompañar a si mismo siendo consciente, sabiéndolo acompañas a los demás. Muchas veces uno les da la mano sin que se den cuenta. Podemos escuchar reproches, actitudes incomprensibles, que te pueden hacer responsable de su vida, como los niños o niñas cuando hacen la travesura. Al estar consciente y acompañarlo puedes ofrecerle lo que tiene oculto de sí mismo.
Una actitud del acompañante podría ser objetiva, responsable, consciente, y transparente. Rompiendo sus propias ataduras y vivir como un niño o niña, el presente, el aquí y el ahora. Como el tiempo que vive todo ser vivo, incluso les transformamos a los pequeños y pequeñas, en el mañana. Nos podemos pasar toda la vida sin cambiar porque somos así, y en realidad tenemos transformado el Amor y el Miedo. O Podemos empezar a desenvolvernos interiormente, quitarnos todo, ser consciente de nosotros mismos y empezar a acompañar a los niños 0 niñas, a los jóvenes, a los adultos y a los ancianos .Los jóvenes también forman un papel importante, ya que se pierden muy fácilmente, y los ancianos empiezan a tener su hora de partida y los miedos afloran por no perder el cuerpo o incluso la vida. Todos podemos estar acompañando, cada uno de nosotros, ya que dejaríamos de relacionarnos. Empezamos por nosotros mismos y luego damos lo aprendido. Quitémonos los miedos y amamos como se debe.

Reflexiones de un alma.