Una forma de relajación que requiere algo de práctica y la colaboración de otra persona, a ser posible experta, es el masaje. El de espalda resulta, con mucho, el más sedante.
Túmbese sobre una cama con los músculos bien distendidos e inmóvil.
Deberá untarse la espalda con polvos de talco o aceite de oliva, que proporcionarán
mayor relajación. Así, la persona que vaya a efectuar el masaje podrá deslizar sus manos con facilidad. El movimiento al principio será lento y suave.
La persona dispuesta a realizar la fricción se colocará en la cabecera y deslizará las manos hasta llegar a la zona inferior de la espalda.
Inclinándose hacia delante para utilizar el peso del propio cuerpo, el masajista mantendrá una presión firme sobre esa zona.
Cuando se palpe un pequeño surco a lo largo de la columna, se ejercerá una presión fuerte con la punta de los dedos.
Al llegar al borde inferior de la columna, se separarán las manos deslizándolas hacia los lados. Después, lentamente, pero con fuerza, como queriendo arrastrar el cuerpo del masajeado, se dirigen sobre los hombros.
Antes de llegar a las axilas se llevarán las manos hacia arriba hasta situarlas en la posición inicial.
Una vez ahí, repetiremos el masaje.
EJERCICIOS EFECTIVOS PARA EL INSOMNIO
Sitúe su mano derecha en el hombro izquierdo. Levante el brazo hasta sentir los músculos tensos.
Ahora, con el tronco recto, suba los hombros como si quisiera tocar con ellos las orejas. Notará la tensión de los músculos. Vuelva a la posición inicial.
