Algunas personas excesivamente sensibles se ven imposibilitadas a conciliar el sueño ante cualquier claridad o ruido por pequeño que sea. Para evitarlo, la habitación donde dormimos deberá estar aislada de la luz y de los ruidos exteriores. De existir alguna iluminación será tenue, y preferiblemente azulada.
Es imprescindible que el dormitorio esté bien ventilado. Lo ideal es dormir con la puerta cerrada y la ventana abierta, pero sin que la corriente de aire nos dé directamente en la cara. Para conciliar bien el sueño, es necesario lograr en el dormitorio una temperatura agradable, ni muy fría ni muy caliente. Si por esta razón o cualquier otra no se puede abrir la ventana por la noche, al menos hay que ventilarla todo lo que se pueda durante el día. Por otra parte, si las condiciones climatológicas obligan a dejar encendida la calefacción durante la noche, se ha de poner sobre el radiador un recipiente de agua para evitar la excesiva sequedad. En verano en cambio el calor puede producir una cierta congestión en los centros nerviosos, lo cual origina insomnio.
Cuando no se dispone de medios para ventilar o refrescar la habitación, se puede activar la circulación de la sangre y descongestionar estos centros nerviosos por medio de aplicaciones de agua fría en la cabeza, el vientre, las caderas y las piernas, ya sea con chorros o con esponja.
CAMA: ORIENTADA AL NORTE
La ubicación de la cama también tiene gran importancia. Lo mejor es colocarla en el mismo sentido de la corriente magnética, es decir, con la cabeza hacia el norte
y los pies hacia el sur. De otro modo, esta con magnética podría irritar el sistema nervioso, sobre todo de las personas muy sensibles , al no coincidir su eje energético con el de la tierra .Por lo demás, se aconseja que la cama tenga un somier duro, con perforaciones permitan una buena ventilación.
Colchón. Ha de ser compacto , preferiblemente lana, pero en todo caso no de espuma por su deficiente aireación ; si es de muelles a de tener los resortes bien tensos y equilibrados.
Almohada. Lo más conveniente es que sea de poco grosor , incluso se puede dormir sin ella, para mantener la irrigación sanguía de la cabeza.
ROPA: LIGERA Y DE FIBRAS NATÚRALES
Sábanas y mantas. De telas naturales como la lana y el algodón. En verano las sábanas deben ser frescas y ligeras , y en invierno algo gruesas. Las mantas, por su parte, no serán demasiadas aislantes ni excesivamente porosas.
Pijama. Lo mejor dormir desnudos, pero en todo caso los pijamas no deben ser ceñidos, para que no dificulten la circulación de la sangre, ni muy holgados para que no se enreden con movimiento. Serán, pues, frescos, ligeros, sin cinturones, lazos o bordados que incomoden.
