El universo que hay a su alrededor es un vasto campo de energía fluida con el que todos nos encontramos íntimamente relacionados, pero esto no es todo; todas las cosas del universo tienen conciencia .
La ciencia moderna ha demostrado que las plantas tienen propósito y son sensibles al campo energético de los humanos al igual que los animales. No obstante, las piedras, las montañas y los ríos son igual de conscientes. Los indígenas lo sabían muy bien y pedían al espíritu del mar su bendición antes de embarcarse para ir de pesca.
Daban gracias a las plantas cuando las recogían. Antes de una cacería , los cazadores pedían perdón a los animales. Y después de la cacería, daban las gracias a los animales por haber dado su vida por el bien de la tribu. La tierra que se extendía bajo sus pies no era inanimada e inerte: la tierra era la madre. Le daban las gracias y le pedían perdón antes de cavar en su carne. De este modo, los indígenes reconocían y reverenciaban la conciencia de todas las cosas del mundo circundante.
Nuestros antepasados sabían que todos estamos relacionados y que todo está vivo. Un guijarro plano que es arrastrado por el río está tan vivo como una enorme orea. Un cedro alto y majestuoso está tan vivo como un puma que atraviesa corriendo un prado verde. . Todo está vivo.
De estos principios se deduce que:
1) Tu casa está formada por campos magnéticos en constante transformación.
2) Tu no existe independientemente de tu casa.
3) Tu casa está viva, y tiene conciencia.
Tu no existe independientemente de la casa en donde vives, como tampoco existirías sin el aire que respira.
Tu casa no es solamente una prolongación de tus pensamientos y tus sentimientos sino que, en un sentido más amplio, tu casa eres tu . Es una parte integrante de tu casa tanto como de tu cuerpo. Ambos son materializaciones externas de tus campos magnéticos interiores.
En el sentido más amplio, tu casa revela y refleja tu conciencia. Así como el cuerpo simboliza nuestros estados internos, tu casa refleja también tu estado interno. Incluso los médicos más tradicionales están empezando a admitir que existe una conexión entre la mente y el cuerpo y que el cuerpo puede reflejar la conciencia. Si a una persona le duele la garganta y se queda afónica, se ha demostrado que ello a menudo significa que dicha persona quiere decir algo que no puede.
Los problemas emocionales se manifiestan en el cuerpo. Una casa refleja tus estados internos del mismo modo que lo hace tu cuerpo. Por ejemplo, en una casa las cañerías pueden simbolizar emociones.
Unas cañerías atascadas pueden representar emociones bloqueadas. Unas cañerías reventadas pueden describir emociones que se desbordan.
Tu puede modificar su conciencia personal moviendo la energía de su casa. Las ventanas son tus ojos al mundo que nos rodea. Un acto tan simple como es el de limpiar las ventanas, con el propósito de entender más claramente cuál es tu camino en la vida, aportará una mayor claridad a tu vida.
Tu casa tiene conciencia
no sólo cada parte de nuestro mundo tiene conciencia, sino que tu hogar también la tiene. Las casas, como las personas, se nutren de nuestro amor. Tienen un espíritu vivo que se sustenta por medio del respeto y el amor que sentimos por ellas. Si no les prestamos atención se vuelven inanimadas, y parecen inertes: tu espíritu retrocede y se convierten en estructuras meramente físicas que no pueden ni sustentarnos ni nutrirnos.
