El trabajo con el eneagrama comienza cuando identificas tu tipo y empiezas a comprender
tus características dominantes.
En primer lugar, responderás a las preguntas de
los tests que figuran al final del curso, con sinceridad y reflexionando
sobre cada pregunta.
El resultado obtenido de este estudio es sólo el primer paso, ya que
conocer las características de tu tipo de personalidad no implica
conocerte. Como ya sabes, tendrás que practicar la autoobservación
para darte cuenta cuándo aparecen los mecanismos de tu personalidad.
· Ninguno de los tipos de personalidad es mejor ni peor que
cualquier otro. Cada tipo tiene sus ventajas y desventajas, sus
fuerzas y debilidades únicas.
· La categoría numérica de los tipos no es importante; ser de
un tipo con un número mayor no es mejor que ser un tipo con
un número menor.
Tu tipo básico continúa siendo el mismo durante toda la vida. Aunque la persona
cambia y se desarrolla de numerosas formas, no cambia de un tipo básico de
personalidad a otro.
· Las descripciones de los tipos son universales y valen tanto para hombres como
para mujeres, aunque hombres y mujeres expresen de modo diferente las mismas
actitudes y tendencias.
· Aunque reconocerás en ti comportamientos de los 9 tipos, tus características más
determinantes están arraigadas en uno de estos tipos.
No todos los detalles de la descripción del tipo básico son aplicables siempre.
Esto sucede porque constantemente oscilas entre las características sanas, las de
término medio y las insanas de tu tipo (niveles de desarrollo). Tiene importancia la
madurez y el nivel de estrés.
· Hasta cierto punto tienes en ti a los nueve tipos. Explorarlos a todos y verlos todos
actuando en ti mismo, es ver el espectro completo de la naturaleza humana. Este
conocimiento te dará mucha más compasión y comprensión por los demás, porque
reconocerás en ti muchos aspectos de sus hábitos y reacciones particulares.