No debimos haber Encarnado jamás y menos aún Reencarnar...

[Paulino Iñigo]

Somos mortales porque nos hemos separado indebidamente de Dios; como bien dicen los iluminados, la Biblia y religiones. Y ahora hasta cierto punto nos permite comprender la ciencia.  Se trata pues de volver a él.

Al pecar hemos perdido el alma/interfaz que nos unía CONSCIENTEMENTE a Dios y su biorritmo evolucionante espiritual. Ahora se trata de reconstruir el alma para poder volver al espíritu y retomar lo que dejamos de ser y hacer.

Cita:

Vamos a ver si lo captas: Noooo hemos caído de la iluminación-eternidad y de la consciencia de Dios al espaciotiempo dual para evolucionar, reencarnación tras reencarnación; sino porque hemos pecado gravísimamente. POR ESO NO HAY NADA QUE EVOLUCIONAR AQUI, POR ESO NO HAY REENCARNACIONES. No hay nada que evolucionar en el aberrante espaciotiempo ni en cuerpos aberrantes divididos en hombre y mujer, en dualidad.  Nada objetivo y cierto se puede conocer y evolucionar desde su base correcta cuando el aparato cognitivo está casi partido, dividido, cuando por eso somos mortales, enfermizos y presos de unos sentidos y cognición igual de engañosa. Cuando hemos perdido la imagen y semejanza divina que es la base de la posibilidad de evolución espiritual. Por eso: Lo que hacemos aquí pues, es: reponernos de una digamos enfermedad mortal o casi mortal que nos ha partido en dos: hombre y mujer. ASÍ, PODEMOS VER LAS CONSECUENCIAS DE NUESTRO ERROR Y POR TANTO LA NECESIDAD DE NO VOLVER A COMETERLO. Y nada podemos hacer sino aceptar las medicinas y las reparaciones internas que nos deben hacer para recomponer el alma. ¡NO TENIAMOS POR QUÉ HABER ENCARNADO JAMAS: HABER CAIDO DE LA ILUMIANCIÓN JAMAS!

Sólo reencarnan las excepciones raras que no consiguen formar alma; bien por muerte prematura, suicidio o por incapaces. Y sólo lo hacen alguna vez más... Todo tiene su ritmo: siembra, cosecha. Sólo estos recuerdan algo… Otros pocos que creen recordar no hacen sino ser conscientes de la genética energética emocional heredada de ancestros cercanos o muy lejanos...

Cada vez que uno nazca aquí, debe perder todo su desarrollo/alma ANTERIORRRR para poder nacer en el espaciotiempo y empezar por ello de cero. Por eso no hay mecanismo evolucionador de tipo reencarnatorio. POR ESO NO SE RECUERDA; Y SIN RECUERDO NO HAY MECANISMO DEL QUE CONTINUAR ... Pero estas cosas y compresiones no pertenecen al esoterismo o espiritualidad o creencias pueriles asequibles a las mayorías…Por eso no las entiende cualquiera ni se difunden entre las masas.



Atentamente,

Paulino.
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[Paulino Iñigo]

¿Qué Pecado cometimos contra Dios que nos arrojó del Paraíso?


-Pues que quisimos conocer el bien y el mal; saber qué es bueno y malo. No tener forma (Alma). Y eso, es algo que sólo lo puede Ser y saber Dios. Sólo él que es Uno, puede saber que gustos y funciones nos son buenas, necesarias y cuales no a nosotros que somos expresiones/formas de su divinidad.

Sólo el puede saber cómo es nuestro modo de vivir, libertad, coocreación, forma y evolución.

Nosotros tenemos que aceptar pues los gustos y funciones que el nos da a desempeñar. Es decir, debemos aceptar el alma, que es el contrato de vida. Por eso, al caer en la tentación de cuestionar sus designios y nuestra formalidad, identidad; creamos pues una división y por tanto una dualidad inviable entre Dios y nosotros; rompiendo el contrato-alma y androgeneidad/unificación interna y externa; SEPARANDO LO QUE DIOS HABÍA UNIDO Y NADIE PUEDE SEPARA SINO PARA DESTRUIRSE; cayendo así, en el sueño premortal no irreversible; es decir, naciendo así en la dualidad que es el espaciotiempo y la vida como seres duales hombre y mujer. En la que jamás podremos saber qué nos es bueno y qué malo ni cómo dominarnos ni podremos volver a Dios si no nos arrepentimos y nos autorizan a hacerlo. Así vemos las consecuencias de querer ser algo que no es viable. Así comprendemos que no podemos ser como Dios ni como no debemos.
Así, el karma redentor al que nos hemos hecho acreedores puede devolvernos si lo suparamos, el Tao/interfaz simbiótico perdido, y despertarnos directamente a la eternidad en ésta propia vida animal. De lo contrario, después de la muerte de nuestgro cuerpo carcelario y redentor animal seguiremos purgando, espiando el karma hasta aprender. Y tal vez, algunos separdos como la cizaña del trigo y destruídos.


La aceptación es la palabra clave: hágase Tu Voluntad y no la mía. Es decir, no tener deseos personales; pero qué significa eso que casi nadie entiende:

Cita:

¿QUÉ SIGNIFICA NO TENER DESEOS PERSONALES? No tener deseos personales, no significa NO TENER DESEOS, no significa no desear la vida y sus formas... Significa no desear lo que no nos pertenece, significa no quitarnos ni ponernos deseos por nuetra cuenta y riesgo; ya que no somos Dios para saber qué es bueno, malo y qué consecuencias. Nuestra libertad de elección es limitada por la ley, la justicia divina: Significa aceptar los deseos personales que Dios nos da.

Aquí pues se confunde el Vedanta Advaita:

Se confunde cuando rechaza el alma identitaria y personal como medio de superar la Dualidad. Y no hace otra cosa que caer en la más extrema de las dualidades. Pues para sentirse uno como Dios, rechaza la mitad dual de su cognición hemicerebral: la formal identitaria y sus deseos. Y al hacerlo así se sitúa completamente en la cognición del polo opuesto hemicerebral en el que no hay alma personal ni identidad personal, ni forma, ni deseos, ni saber. Se erige entonces en su propio Dios QUE DECIDE Y QUE SABEEEEE QUE ESTA BIEN Y QUE ESTA MAL; PUES RECHAZA EL POLO FORMAL EN LUGAR DE ACEPTARLO E INTEGRARLO; lo cual le llevaría a la máxima superación posible y permitible de la dualidad, LIBERTAD y del no saber.
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[Paulino Iñigo]

Hay una diferencia entre pecado y aprendizaje. Sólo se puede aprender cuando el aparato cognitivo está completo y suficientemente unificado. Aquí, el aparato cognitivo está practicamente roto; luego hay que curarse para después poder aprender y continuar con la evolución que interrumpimos. Se rompió la androgenidad no para aprender sino por desobedecer la ley; ahí está el pecado.