Según el Análisis Transaccional, el Guión de vida reside en nosotros desde nuestra temprana edad, sin embargo, puede ser para nosotros algo desconocido u oculto.
Según Eric Berne, creador del Análisis Transaccional, es un programa en marcha, desarollado en la primera infancia bajo influencia parental, que dirige la conducta del individuo en los aspectos más importantes de su vida. De forma más esquemática, lo definió como "un plan preconsciente de vida", dado que la formación del mismo se realiza no basándose en las decisiones del Adulto que suelen ser frías, elaboradas y, en definitiva, conscientes, sino en el Niño.
No se trata de ver el Guión en el sentido de un camino fijo que ineludiblemente la persona ha de seguir sin más remedio, sino como una tendencia firmemente asentada en nuestras mentes, que nos indica cómo debemos ser y qué debemos hacer, y lo que no debemos ser, ni debemos hacer. El Guión tiene una extraordinaria fuerza limitadora del desarrollo de la persona, y es por ello que nos interesa abordarlo como origen de muchas de las frustraciones personales.
Muchas personas se creen torpes, desordenadas, agresivas, impulsivas, antipáticas, débiles..., lo cual explican diciendo "yo soy así". Sin embargo, cada vez está más claro que nuestra herencia genética influye poco o nada en este tipo de formas de comportamiento; y para la psicología no existe nada parecido a un "destino" que haga a la persona de una forma incambiable y definitiva. Este "yo soy así" no es sino el resultado de lo que, por lo visto, aprendimos de nuestro entorno: Progenitores, familiares, maestros, compañeros de juegos y colegio...
Según Berne, "casi toda actividad humana es programada por un Guión continuo que data de la niñez temprana...". Todo niño, al nacer, posee todos los atributos necesarios para ser un triunfador en la vida y para mostrarse como un ser original y autónomo ante sí mismo y ante los demás. Sin embargo, a partir del momento del nacimiento, todo niño comienza a recibir unos "mensajes", principalmente de sus progenitores, que va a originar que ese niño, aproximadamente a partir del sexto año de vida, decida de forma definitiva (siempre que, más adelante, no exista una redecisión) el camino que le proporcionará triunfos o fracasos.
La formación del Guión se estudia analizando cómo se forma ("Matriz del Guión"), y el por qué se forma ("Las influencias").
La Matriz del Guión se refiere a que todo guión, puede estar más o menos predispuesto antes incluso del nacimiento del hijo. Después los progenitores, a través de conductas verbales y, sobre todo, no verbales, y de estímulos, se manifiestan antes sus hijos. Indicando con estas manifestaciones que es lo que esperan y no esperan de ellos, que les gustaría que fueran y cómo...De forma que si parte del amor que se le da al niño puede ser incondicional ("Te quiero por lo que eres"), gran parte del amor suele ser dado, por desgracia, de forma condicional ("Te quiero más si eres de esta manera porque...Así cumples mis expectativas, así eres más parecido a mí, así me siento más seguro/a al criarte, así puedes hacer por mí lo que yo no hice antes, etc..."
Entonces hay una serie de captación de conductas verbales y no verbales. El niño analiza los mensajes y, sobre cada uno de los comportamientos o mandatos parentales, el niño toma una decisión, (sobre sí mismo, los demás y sobre lo que hará). De niños no tenemos muchas más opciones, así que, casi con toda seguridad, un niño aceptará el mensaje que le transmite la familia en un primer momento, y más tarde, al llegar a la escuela y los del entorno social. Aceptará, porque aceptarlo supone sobrevivir, es la forma de obtener el apoyo y el reconocimiento que necesita.
Este es un punto importante en las teorías del Guión, pues está sustentado por una serie de decisiones que la persona tomó en la infancia, y quien decide es un niño o niña, que en todo caso tiene menos de 10 años (con la información, desarrollo y visión del mundo de un niño/a de esta edad). Por eso un guión del tipo "No seas feliz" o "No sientas", puede parecer extremadamente radical; y lo es, pero lo es par un adulto, no para un niño/a de corta edad que necesita encontrar su sitito en su entorno.
La decisión que toma un niño da lugar al "mito", un término que se utiliza para describir lo que el niño se cree que es: cariñoso, bueno, malo, tonto, listo, torpe, frío, afectuoso...; que, aunque venga a indicar una interpretación fantasiosa, con el tiempo, para la persona termina convirtiéndose en una verdad incuestionable. El mito también determina lo que se piensa de los demás ("Los otros siempre pueden más que yo", "las mujeres son peligrosas y traicioneras", "a los demás se los convence por la fuerza", "todos los hombres son iguales").
Entonces la persona realiza un comportamiento que concuerda con su mito, es decir, que comenzará a comportarse de acuerdo a esta creencia. De esta forma el Guión se fortalece, ya que para él y los demás se está comportando como "corresponde", "como era de esperar".
La repetición de ese comportamiento tiene unas consecuencias que acercan al individuo a un tipo de final.
Dos tipos de influencias que fundamentalmente originan la formación del Guión son Los Mandatos y Las prohibiciones o "Mensajes Inhibidores". Los primeros se expresan habitualmente en forma verbal ("Sé perfecto", "Sé fuerte", "Apresúrate", "Sé complaciente", "Inténtalo pero fracasa"); Y los segundos, generalmente se envían de forma no verbal mediante gestos, actitudes o simples comportamientos. Tienen gran fuerza, lo que hace que el Niño los asuma con facilidad ("No pienses", "No vivas", "No sientas", "No te acerques a los demás", "No crezcas", "No seas pequeño", "No me superes", "No seas tú mismo/a", "No seas feliz".
El Guión de vida (aún siendo de carácter inconsciente), se mantiene por experiencias, mensajes recibidos, y en los que no reparamos habitualmente. Las raíces de nuestros Guiones están tan ancladas en nuestra persona que pasan también inadvertidas.
Hay técnicas para trabajar en el análisis del Guión de Vida: Desvelando los aspectos menos conscientes (haciendo consciente el "programa" interno) y elaborando como alternativa a éste un Plan de Vida, que es la contraposición adulta, responsable, positiva y voluntaria al Guión. Trabajando con el pasado (conocida la causa) y el presente (el efecto), podemos conseguir, (como si de una terapia psicoanalítica se tratara), abandonar el Guión de Vida y establecer un Plan de Vida de Futuro (predecir los otros efectos que quedan por ocurrir), contestando a la pregunta "¿A dónde voy?" y se descubre también el Programa de vida.