DE CORAZÓN A CORAZÓN TE PIDO
¿Hasta cuando vas a soportar, danzar con la muerte o sostener el escúlpalo paso de los corceles del pensamiento?. ¿Los sientes como un escozor escarlata del deseo bajo la piel, pirograbando imágenes del viejo tropo?. Infinitas respuestas de interpretación brotan de las salvas por el vuelo del tiempo; como una mariposa confundida, revoloteaste por los brazos cardinales del candelabro, intentando descubrir tú nombre o un destino en tú planisferio. ¿Quién depende de quién? Dijo el titiritero, procurando revelar la expresión del aura divina, desde América al Asia, al África o Europa; siempre persiguiendo la ardiente huella, impregnada con un dolor de bronce, chamuscada, negra. Excitabas los sentidos para sentir la esencia; jugabas a la rayuela de la vida sobre tus suelos, mientras se escribía la historia con sangre. En un rincón sobre un taburete, abandonas tus felices recuerdos. Todos los días repasas el diario que jamás escribiste, para ignorar la vergüenza de los recuerdos, como los murtes cuando celebran en aquelarre el día de la bruja. El vértigo en los versos y el sufrimiento, conjuran para liberar tú alma; para que dejes de ser una errante sombra o una estela de amor constelado de un fugaz cometa.
Has abandonado el tren subterráneo. Eres una extraña perdida en las calles. Ansías el beso y la caricia franca. Brindarías sexo: por una mirada al alma o un baño con agua caliente. Abandonada con un par de maletines, regresas con tus pesadillas mercenarias, a las cavernas de la soledad. Eres fruto y sobreviviste del holocausto de la guerra de los arrozales, enfrentándote a las balas con las flores y canciones. Ansías el arrullo de los sonidos de las florestas tropicales, lejos del ruido mundanal del desasosiego; o contemplar crepúsculos y sus agonías, con los pies dentro del mar, para no morir al borde de la vida, ni vivir indiferente con la verdad. ¿Hasta cuando vas a soportar, danzar como una enamorada con la muerte o con el fantasma amado del ausente?. Percibo al frío acariciando tú cuerpo, pero no le temes a su inesperado zarpazo. Siempre intentaste gritar y no pudiste; solo garabateaste protestas en un paisaje que borró el napalm. Debes recoger las llaves para liberar, toda la demencia del pensamiento. Se escucha un grito desgarrador y unos disparos a las sombras ¡en algún lugar se incendia el mundo! o tal vez se están robando otra vez el petróleo. Hay una moral en la óptica de los intereses, que silencia con indiferencia las cámaras; una mirada busca su querencia en un oasis, para descansar de la partida de los mitos ensangrentados, hacia los laberintos de la soledad. Nada nos libera más, que el alma lo cante todo, cuando se desenmascara del miedo y ser los voceadores de los fantasmas que nos habitan, cuando ensoñamos con palabras, una sociedad utópica para los titiriteros. Todos los días de la vida siempre serán, el carnaval de un absurdo año nuevo.
He amanecido, recordando con nostalgia, los arrumacos de tú piel. Quisiera descubrir donde te esconde la vida, para desenterrarte del olvido. Te he buscado entre el acero y el cemento, por bulevares y centros comerciales; de vez en cuando, por esas calles por donde paseábamos, pero ya nada permanece igual; es como si la vida hubiera despertado con otra máscara o dentro de otro cuerpo… ¿Me has recordado o añorado, con deseos de correr hacia mí? Dime que fué lo que hizo capaz que me olvidaras, romper juramentos y cambiar tus sueños. Es muy diferente el haber replanteado en un momento, tú vida de arpegios mortales libertinos; a haber sido completamente feliz en una jaula azul, superando mis sentimientos juerguistas. No sé si te sientes apresada en las tempestades del mundo, asfixiada por un amor-compromiso de caminos circunstanciales; permites que tú vida vague a la deriva, pisando espinas como las novias deslumbradas o las mujeres obsesionadas que simplemente no desean ver la realidad; esperando día tras día, a que el tiempo confunda o embarque los recuerdos en un herrumbroso barco fantasma, hacia el olvido… ¿Qué queda de la sonrisa y de las bromas, de ninfa embriagada?. Quisiera descubrir la boca del túnel del tiempo, para que no sea demasiado tarde mi regreso; que pueda descubrir con la mirada, desde el mástil gaviero, una orilla azul para desembarcar en el destino. ¡Pero es tarde! ¡demasiado tarde! ¡cruel realidad!. Ninguno de los dos es el mismo, ni volveremos a ser el milagro frondoso que inventó el amor, después de perderse la lucidez para siempre en el paraíso. Es mejor que vivamos con bellos recuerdos, quizás sin descubrir nunca que somos incompatibles o vientos extraños que retumban como mariposas heridas por el fuego.
Sin un poco de fantástica locura, la vida no tiene sabor, ni razón, ni sentido. No soy poeta, porque no podría encasillar conceptos, ideas o sentimientos, entre reglas y signos carceleros. La belleza no puede perder toda la magia del encanto de la libertad, esclavizada por toda la manipulación de un hombre mediocre y un Dios castrador engendrado por falsos profetas; que viven a cuerpo de rey y como parásitos.
Quizás no seas más que una de esas abejas que van de flor en flor por la vida, libando el vino alucinador de los pistilos; o eres como esos hermosos peces luminosos que se confunden con las estrellas del mar; a ellos les fluye el tiempo embelleciendo esa vida radioactiva que nos persigue. No sé si el amor sea la metáfora de la salvaje piraña, que sale convertida en un gelatinoso molusco que solo inspira grima, después de la ceremonia del fuego.
No sé si estoy loco y reventaré algún día, como una pompa de jabón surrealistamente burguesa. La vida a veces cansa o simplemente nos aborta como narcolepsia de los escombros. No todo es belleza en el sopor de una pecera, ni siempre hechiza el aroma de la entrepierna cuando se rebusca el final; a veces, ni el aroma afrodisíaco de los perfumes, logra espantar al horripilante olor a letrina de tugurio. Todo pasa… y las palabras cuando no naufragan, se esfuman como recuerdos con alas. Poco sobrevive de los sentimientos de papel, que ayer llenaban o saciaban nuestras vidas, derrotadas por los violines enloquecidos por la belleza. Todo son ilusiones violetas de sueños que se burlan de nosotros y espejismos de un edénico infierno. ¡Te amo! Aunque lo nuestro sea un imposible y la vida se escape de la rosa. Tengo que aprender a soportar el silencio de las paredes. Todo me aleja de la avasalladora alegría de tú lado, me priva de sentir tus besos ígneos, tu cuerpo limpio de escombros, de tus misiles caricias… ¡Te amo y te amaré por siempre!. Todos tenemos que vivir las espinas de nuestro propio cuento, con sus demenciales fantasías y tragedias.
¿Acaso ya me olvidaste?. Nunca imaginé que tuvieras esa capacidad, de amar como la sangre y de olvidar como los espejos, con la misma facilidad con que se mastica y se escupe una goma de mascar. Jamás imaginé que fueras tan representativa en mi absurda vidorria. Aún me pregunto como pude salir y estar fuera de tú misteriosa vida, con la misma facilidad como entré por sus secretos laberintos. Todo fué tan maravilloso, como un abrir desmesurado de los ojos, o haber despertado con el canto de las campanas y viviendo como pesadilla, la más maravillosa fantasía. Deseo sentir tu sed, acariciar el fuego de tu piel y besar toda la película de tu cuerpo; abrigarme con un poco del calor de tú cariño mimoso. Nunca pude concebir la vida, escondido como un anacoreta, porque la soledad genera una angustia que demencia, cuando nos aparta del resplandor de los versos del amor. Las paredes asfixian, desesperan, angustian…no sé si mi destino sea una bóveda o una celda; cuatro paredes siempre serán un calabozo o una relación absurda. ¿Signifiqué tan poco para ti?. No me imagino tapiado entre malditas paredes, viendo pasar el tiempo hacia el olvido. Todo sería muy aburrido e insoportable, como la fetidez del traje de madera. ¿Me amas?
Hay noticias fatales que nos sumergen con tristeza en remembranzas como lágrimas heridas; hasta las encrucijadas pierden su razón y por su trascendencia en nuestras vidas, dejandonos pasmados en una absurda soledad; o ausentes en un desierto inventado, sobreviviendo atónitos como luciérnagas. Hay noticias ¡horribles!, ¡malditas!, que nos hieren en lo más profundo; y unos por qués, ahogados en arena, se escapan de nuestra garganta. Nunca escuchamos respuesta a los grandes interrogantes. Este es el maldecido misterio de un Dios insensible e indiferente a la tragedia humana. Es imposible permanecer indiferentes a los milagros absurdos; o simplemente aceptarlo todo, como hechos cotidianos de la vida. Hay noticias fatales, pero estaré contigo hasta el último momento, compartiendo con todo mi dolor, en el más hermoso y trascendental instante, como es el dejar de ser, porque naces para mi recuerdo. ¡Te amaré por siempre!
Contigo aprendí a escuchar las palabras apresadas en las sombras de sentimientos reprimidos. Las que nos liberan de ese dolor que no se puede borrar sobre el papel, en el pecho o en el corazón; y de todo el peso de la tristeza que trafica, un rosario de silencios y un mar de nostalgias. Debemos aprender a llorar las imágenes que reinventa el imaginario, para desahogar y liberar las penas; nuestras angustias, tensiones y presiones externas, que nos generan cargas negativas, como karmas impuestos violentamente; generándonos ese stress que se acumula, como el vapor en las calderas. Las personas no se suicidan, las suicidan las sílabas atónitas. El asesino real siempre enloquecerá y negará ser el lazarillo de la víctima; cada día somos más irónicos, indiferentes, ambiciosos como las siluetas de los jardines milenarios que se esconden en la penumbra. Nos dejamos deslumbrar por el gran misterio de los falsos valores y objetivos; idolatramos los objetos ensangrentados por la historia; somos pobres cosas cosificadas, a quienes nos vende un código de barras; nos rehusamos a reconocer que somos masa, títeres de una sociedad y de un sistema que nos manipula como fichas de un absurdo juego. No somos más que un código, dentro de ese mar de sistematización del sistema.
Recurrimos a actividades religiosas para justificar o engañarnos, frente a un falso humanismo y una engañosa libertad, tomando falsos caminos que nos conducen hacia la verdad. ¿Por qué es imposible aceptar que somos esclavos circunstanciales de roles que nos dominan y de esa ignorancia que avanza en sumisa procesión, a idolatrar ídolos de yeso?. Nunca hemos sido más idólatras de falsos valores como hoy. Curiosamente los hombres más libres son los más mediocres y no pueden concebir a un hombre insaciable de belleza y amor. En nombre de Dios se amasan fortunas y se roba, haciendo trabajar a los idiotas útiles de la fé. No hay que soñar con la felicidad o la igualdad; sino tomar actitudes que nos permitan acceder a ellas. Los hombres de hoy no somos más que pobres siervos, miserables parias, infelices y sórdidos desdichados, victimas de la desventura que nosotros mismos engendramos. El nefasto eslabón de la debilidad, siempre aparecerá o determinara nuestro destino como hombres. Vivimos luchando para que la sociedad no nos desplace ni deseche; para sobrevivir tenemos que aprender a defendernos de ese sistema que nos dice que debemos pensar, decir e inclusive, manipula nuestra sexualidad. Busquemos a Dios y no a mercaderes de la fé. Qué importante es ver gente en la gente, a escuchar a las personas en el momento preciso, a regalarnos un tiempo para nosotros mismos. No perdamos el control de nuestro destino. Manejemos nuestros problemas diarios con nuestra mente. Respiremos siempre hasta diez, para poder encontrar caminos de solución. La salud y el amor deben llenar todos los vacíos de nuestras almas. Abramos canales de espiritualidad con Dios. Solo hasta que encontremos la paz, tomaremos conciencia que Dios está en nuestras vidas. Dejemos de comportarnos como robots asexuados, mendigando caricias, cariño y un poco de amor. Solo repitamos o decretemos mantras positivos para transformar nuestras vidas. Somos lo que pensamos o terminamos creyendo lo que decimos. Hagamos de nuestra vida un rosario maravilloso de momentos y experiencias. No perdamos nuestra capacidad de asombro. Existen hombres buenos, pero ninguno es dueño de la verdad absoluta. Las palabras ni la poesía se pueden convertir en falsos Mesías. Solo la fé nos puede llenar con la verdadera luz. Dejemos entrar o metamos destellos de luz a nuestras vidas, cuando nos sintamos perdidos en la oscuridad. Pedir ayuda es bueno, pero no nos quedemos aferrados a esa mano bondadosa; el mejor siquiatra siempre seremos nosotros mismos. Solo el amor vence las barreras de la desunión. Todos podemos llegar a ser grandes seres humanos.
Busquemos siempre el equilibrio entre el corazón duro y el corazón sensible. No nos materialicemos tanto, hasta llegar al extremo de solo creer en lo que se pueda ver o tocar. Tenemos que aprender a discriminar lo bueno de lo malo. Aceptemos que nos equivocamos. Sanemos nuestra unión del cuerpo con la mente. Elevemos nuestros bajos instintos. Podemos razonar, sin dejar de ser sensibles. Hablemos con nosotros mismos. Hagamos una lista y todos los días agradezcamos, agregando un agradecimiento a esa lista. Debemos merecer todo lo que nos llega, sin la sed de las murtes alimañas. Podemos ser muy buenos para lo que estamos entrenados. No envidiemos lo inconcebible. No engendremos nuestras propias insatisfacciones. Labremos nuestro hoy. El hoy es más importante que el mañana. Escribamos diez hechos curiosos que nos hayan sucedido últimamente. No acumulemos cosas inservibles en las mentes ni materiales. Ordenemos nuestros sentimientos. Sintámonos orgullosos de nuestro trabajo. Aportémosle algo bonito y divertido a la vida. Seamos felices por lo que somos y sentimos. Busquemos estar bien con nosotros mismos. Meditemos. Crezcamos. Vivamos con positivismo. Solo el amor puede sanar nuestras almas. No nos extrañemos con lo cuerdo. Huyamos de ese mundo donde las creencias aparecen y desaparecen como suspiros. Los incendios nos maduran y el universo siempre avanzará con o sin nosotros. Podemos dejar de ser sombras invisibles con muy poca fé. Qué hermoso es ver personas sensibles ante la tragedia humana, capaces de expresar sus sentimientos, de llorar por dolor, alegría, amor, felicidad o simplemente cuando lo necesitan, porque el llanto nos libera de la presión de las angustias. Qué hermoso es aprender a llorar para no reventarnos como pompas de jabón.
No dejemos que el amor dependa más del sexo, que de los sentimientos. El amor solo vive en el alma y solo amando, se puede conocer el mayor don de Dios. El amor es la única flor que florece en cualquier momento o circunstancia. Para el amor no existen estaciones ni circunstancias ideales únicamente. Es el enlace más hermoso de nuestro pasado con un futuro promisorio. No hagamos daño en su nombre; una caprichosa pasión no es estar enamorados. El amor ansía el ser poseído, pero solo concibe a la ternura para entregarse. El alma siempre descubrirá en la oscuridad al amor. No dejemos que se imponga la capacidad amatoria de nuestro pene o vagina, a nuestros valores como personas. Una vida sin amor es tan absurda, como el no enterrar un cadáver por los recuerdos que nos aferran. ¡Cuantos hemos convertido nuestras almas en absurdas catacumbas, con las osamentas de sentimientos muertos!. El sexo siempre debe ser hermoso, recatado, pudoroso y honesto, sin tener que avergonzarnos de nada. Cuando la creación de las fantasías eróticas muere, la magia se apaga. ¡Vida solo hay una! Es absurdo el pensar en vivir solo en el infierno. Hay que vivir con intensidad la vida y apreciar la importancia de la mujer en nuestro destino. Nuestros sueños, aspiraciones, obras y felicidad dependen de ella; es un acto de amor profundo que debe superar todos los abismos, una buena relación de pareja. Debe comenzar por una mirada e ir hasta el final de nuestras vidas. Solo el amor nos permite descubrir que la vida es un mar y no una pequeña imagen. Un amor sin fragancia, solo será una hermosa flor. No hay que dejar en manos de qué dirán nuestros sentimientos, nuestros destinos, nuestra felicidad. Solo nos debe importar lo que piense, desee o sienta nuestra pareja; siempre y cuando comparta nuestro mismo camino hacia la luz. La vida es deseo y determinación. Una vida de solo goce, solo puede prometer un infierno. Solo el amor nos da el verdadero valor para regresar a la realidad mundana y evitar las tentaciones del vino de las cosas materiales. Me siento como un niño esculpiendo silencios, para crearle un cielo al alma. La intriga es el veneno de los laberintos y peor que las garras carpantas de los murtes.
Hoy pienso en ti; y lo más hermoso es sentir como tú recuerdo, me hace vibrar como una tempestad desgarrada por las palabras de tú mirada; es tomar conciencia del ser, es hermoso abrir los ojos y ver diferente a la vida. Descubrir la belleza en la naturaleza y lo simple de la vida; o lo que otros no pueden ver, porque sus espíritus se han enceguecido; son entes fosilizados, idólatras del Dios billete y de los espejismos que crea el sistema para esclavizarnos. La mejor forma para conocernos es desnudándonos y expresando todo lo que sentimos. Esta noche estoy pensando en ti… ¡Que desperdicio pasar una noche como ésta, sin ti!. Bohemia de acordeón, románticas voces graves y guitarra. El vino equilibra al cansancio enfurecido de nuestras entristecidas pieles.
No sé si las horas pasan demasiado rápido o si se nos hizo tarde para amarnos. ¿Será nuestro amor, ese amor tardío que envenenó nuestro sosiego y sueños, durante tantos años?. Sé que son inútiles las explicaciones para que comprendan, que como mujer sientes y vibras con la vida, que eres canto y alegría, energía, amor, pasión… como la lava que te habita y aún no despierta. Las explicaciones son inútiles, si eres sorda a mis palabras. No uses más al odio como arma para defenderte; sé valiente y enérgica que es el arma más fuerte. Es estúpido callar e ignorar que hay dudas, por qués e interrogantes que exigen prontas y sinceras explicaciones. Puedes conocer los falsos paraísos así creas que son un edénico nirvana; luego conocerás la intranquilidad o las peores zozobras y finalmente la peor de las abrumadoras miserias. La infelicidad que trae el infortunio, no son desgracias ni desdichas gratuitas. Evita mancharte con actos perversos; que le arrebaten el encanto a ese espacio sagrado, que te regaló la castidad.
Cuando veo caer cual rocío, lágrimas por tu rostro, muere una parte de mí. Solo un amor depurado en su impoluto crisol por ellas, durará eternamente puro y hermoso. Ellas son el desborde de tú corazón y no restos de una triste vida. Es imposible pisotear sin generar sufrimiento, las flores de un hermoso sueño; así sean las hijas del amor y de la compasión de la naturaleza. Sé que va a ser difícil hablar como madre, mujer y amiga, pero tienes que encontrar apoyo y comprensión de tú mundo; por ser el consuelo en el dolor, nuestra esperanza en la miseria y fuerza en la flaqueza. Ellas son almas puras que nos bendicen y nos cuidan constantemente. Siempre serán espíritus llenos de belleza y amor. Hablar con una persona que no cree en el amor, es tan necio como discutir con un borracho. Habla de nuestro sentimiento y deja que tú corazón se exprese. No planees lo que vas a decir; simplemente deja que fluya lo que sientes. Nunca dejemos o evitemos que nuestra alma, se pueda reflejar en un espejo de la ignorancia. El viento siempre borrará las palabras del oscurantismo. Habla de lo que soy o represento para ti; que somos un mutuo apoyo para enfrentar a la vida y a la soledad. El creer que lo tenemos todo no basta, si carecemos de ese cariño y afecto, que algún día en brazos ajenos, los buscarán y encontrarán nuestros hijos. Es difícil que el corazón de la mujer cambie con el paso del tiempo o mude de aires según las estaciones; la primavera y el otoño llegan a su debido tiempo, después de la batalla y retoman su trabajo. No podemos pretender alterar ni su ritmo, ni sus ciclos, ni las fases de la vida, porque la naturaleza lleva su propio paso de evolución con sabiduría e inhabilidad. No busquemos como las personas necias a la vida, por fuera de nosotros. La vida es una mujer que se baña en las lágrimas de sus amantes, nos toma el corazón y se niega a comprometerse en matrimonio. La vida siempre nos seducirá con su belleza, pero no siempre es sincera con sus tentaciones o engaños. La vida nos enseña a cosechar en otoño y a descansar en invierno. El oro no nos hace más ricos, que los que cosechan por haber sembrado en sus espíritus. Nunca nos esclavicemos al lucro, ni nos dejemos encandilar por el brillo de los oropeles. Las verdaderas satisfacciones son el infalible néctar de la plenitud de la vida.
De corazón a corazón te pido, que el día que ya no sientas nada por mí ¡no trates de engañarme!, ni insistas en tratar de quererme. La vida nos enseña a sufrir, a comprender y a vivir en la soledad. Debemos venerar y amar a un ser superior en nuestras oraciones. Solo nuestros conocimientos y méritos o hechos nos hacen verdaderos hombres. El conocimiento, es nuestro verdadero certificado de nobleza. Gibran nos pedía que nos alejáramos de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños. Que el conocimiento vulgar es un manto de niebla sobre el campo, que cuando el sol se eleva, disuelve el vapor. Siempre se encontrará un espacio en la fría ciudad. Hoy todo es hierro, cemento y luce como un parque cementerio, en donde se entierra en vida al hombre. Jamás podría aceptar el amar un cadáver, al compartir mis sentimientos más profundos. Báñate en las aguas de mis palabras para que puedas volver a ensoñar desnuda, las miradas de soles sobre tú piel.
Del eterno enamorado de tus envenenadores besos
EL PERRO VAGABUNDO.
