Atrévete a vivir de nuevo

[El Perro Vagabundo Hector Cediel]

Atrévete a vivir de nuevo

Una separación, no siempre significa un fracaso. El atreverse a cambiar, puede significar el osar a vivir de nuevo. El resolverse a ponerle alas a los sueños, o simplemente: tomar la decisión de replantear la vida. Una vidorria sólo significa infelicidad, hastío, dolor o una infelicidad absurda, que sólo las personas mediocres se resignan a vivirla. No se puede dejar en manos del tiempo el que decida el cuándo, el cómo, el donde… porque vida sólo hay una, y tenemos que aprender a vencer o superar, todos esos miedos y tabúes con los que fuimos educados, por una sociedad doble moralista.

Nadie mejor que el corazón, aprende a pesar lo bueno y lo malo de una relación. Tenemos que aprender a escuchar el lenguaje de la piel, porque no nos casamos para convivir como buenos amigos o dormir como hermanitos. El sexo sin amor, es tan absurdo como un amor o cariño sin sexo, en una relación de pareja. Cuando una pareja deja de hablar el mismo idioma, florece ese absurdo: amor-odio.

¿Qué es para ti, la vida? ¿Qué sentido le das, a tu vida? ¿A quién le temes o a que, le tienes miedo? La realidad es cruel, pero las emociones se pueden moldear a través de la educación, la cultura y el medio ambiente que nos rodea. El ser feliz, es una elección más sencilla y menos complicada de lo que imaginamos. No creo en brujas ni en astros, pero sí en una ley natural de la atracción, que hace infalible al efecto de las feromonas.

Se siempre tu misma, o tu mismo. Si estando solo o sola, te sientes solo o sola, es que estas en muy mala compañía o con la persona equivocada. Para que una relación de pareja sea exitosa, usted debe considerar un conjunto de factores, todo lo que incide en su configuración, totalidad o forma. El aprender a conocerse, te enseñará a quererte más, día a día. Aprender a quererse, es aprender a aceptarse. Nada arruina más a la autoestima, que la pérdida del respeto. A veces pienso que la felicidad o la vida en pareja, se parecen mucho a la poesía, cuando la relación se reduce a palabras y silencios. La soledad en una relación de pareja, jamás será buena, porque el ser humano es un ser sociable que necesita de los demás para sentirse bien, y por eso una segunda oportunidad sugerida, no es más que llenar ese vacío que se deja o abre, cuando se rompe una relación de pareja.

¿Cuando sabemos que nuestra relación, ha tocado fondo? Simplemente escuche el lenguaje corporal, el eco de los gritos de los silencios, el absurdo dar y recibir que se genera entre la pareja. El sufrimiento nos cuestiona a golpes, sobre el por qué de las cosas importantes en nuestra vida. Una separación a tiempo, nos permite mejorar nuestra convivencia diaria. También es bueno el ponernos en el lugar del otro, para comprender muchas veces nuestros errores, o esos absurdos motivos o razones que genera nuestra incapacidad de adaptación, o del poder convivir en una relación edificante.

El perdonar no siempre es fácil. Es muy fácil es decir o hacer algo que duela, porque hay palabras que hieren más que una puñalada, o poseen una energía casi nuclear, como para devastar a la más hermosa relación de pareja. A veces pienso y creo en la realidad del destino. El destino se da en silencio, pero no podemos dejar en manos del azar a nuestras vidas. Si es verdad que podemos o debemos ser los artífices de nuestro destino, tarde o temprano llega al momento, en que debemos empezar a decidir en nuestras vidas. Quizás hoy, es el momento para que usted empiece a decidir en su vida. Nosotros mismos generamos miedos internos, que impiden nuestro crecimiento.

Todo tiene una razón de ser. Todos nos hemos preguntado en un momento de fracaso afectivo: ¿qué tiene el, o que tiene ella, que no tenga yo? Desafortunadamente jamás aceptamos la respuesta y en la mayoría de los casos, no la escuchamos, porque hasta nos avergonzamos debernos frente a un espejo, y ver a esa realidad a la que nos condujo, nuestra baja autoestima. Los hijos no son y jamás deben ser, una excusa. Una mala relación de pareja, no sólo los afecta a ellos, sino que puede generales enfermedades mentales, o de comportamiento. Aprenda a ver lo positivo y lo bueno de una separación, porque una separación no siempre será un fracaso. Imagínese volando hacia la libertad. La separación en muchos casos, es la oportunidad de hacer realidad, muchos sueños.

Está comprobado que después de ciertos períodos de tiempo, cambiamos y no somos los mismos. Esto influye en que el amor dure, lo que tiene que durar. El casarnos para toda la vida suena bonito y sería lo ideal, pero no se puede generalizar, porque el amor es muy circunstancial. Todo lo que nos pasa, pone a prueba a nuestra alma, a nuestros sentimientos. El amor ideal es casi una utopía, aunque idealicemos relaciones imperfectas en muchos casos. El fracaso tenemos que aprender a perdonar, a dar confianza y a tener más cuidado de a quién le abrimos el corazón. Es natural que nos equivoquemos, porque cuando el corazón fija los ojos en otra persona, no siempre se preocupa por cuestionarse quien es realmente esa persona; por eso a veces se da el caso, que después de algunos años de convivencia, se tome conciencia de que se ha estado casado o casada, con una persona extraña durante muchos años.

Es bueno el trabajar en el crecimiento personal, en el desarrollo y potencial humano que poseemos, para limpiar al alma llanamente de esas enfermedades, porque el desbalance etérico es tan real, como los efectos de la memoria celular. Los pensamientos negativos que han enfermedades y tenemos que aprender a trabajar en o con pensamientos sanos. Sólo uno mismo puede generar, su propia salud mental. Repito esta frase, quizás trillada: usted es el artífice de su propia vida, de su felicidad o de su infelicidad. Aprenda a dar y recibir afecto, y no deje que las emociones afecten su vida o le impidan ver otra realidad, muy diferente a la que ven, los seres que le rodean.

La peor pobreza que puede afectar a una persona, es la pobreza de actividades, de sueños, de ilusiones. No existen momentos ideales, para tomar el control de su propia vida. Quizás hoy es el momento más indicado para hacerlo. No permita que otros decidan o tomen el control de su vida. El escuchar consejos, es muy diferente al permitir una “interdicción afectiva”. La libertad personal, le demanda el ser más responsable y libre. El ser independiente le exige, el ser autosuficiente, y esto no quiere decir: el rechazar a los demás. Antes de criticar a una persona que desea separarse, debemos cambiar a la crítica negativa en positiva. Una mala relación de pareja, afecta física, mentalmente y emocionalmente. Cuando realmente amamos a una persona, debemos apoyarla en esos momentos difíciles. La vida es como un teatro del absurdo, en donde hay que aprender a perdonar y permitir que continúe la función. Nuestra vida y todas, es y son obra con diversos actores. La vida no es más que una sumatoria de momentos, de recuerdos, de ilusiones. Quizás el amor no es más que un regalo para el instinto, y hacernos así más humanos. El ser amados y correspondidos, es una verdadera suerte.

Tenemos que aprender a buscar y encontrar las falencias del yo, buceando en lo más profundo de nuestras almas. El conocimiento de uno mismo, comienza por la observación. Sólo conociéndonos a nosotros mismos, aprendemos y podemos enfrentarnos a nuestros proyectos de vida. El buscar nuestra propia vida, no es más que el rebuscar entre el basurero de esta vidorria a nuestra felicidad, y si la encontramos o lo logramos, debemos vivirla con pasión. Jamás piense que usted fue o ha sido lo peor, porque a veces no se daña nada, porque simplemente ya se había arruinado todo lo que debería haberse dañado. Cuando una tercera persona regala sueños, vida o opciones de vida, es porque algo fallaba en la relación. La convivencia conduce con facilidad a esos amores de oficina, a esos amores silenciosos o secretos, cuando hay química en los espíritus, cuando una mano extraña, sana la cura amor, una herida del alma.

Hay amores de amores, y por eso: podemos clasificarlos de uno a cien, porque además de ser relativos o circunstanciales, sólo tenemos un gran amor en la vida, cada uno será único y diferente, pero hay que aprender a amar a quien nos ama. Tenemos que vivir cada momento, intentando no mirar hacia el pasado, y hacer de cada ilusión, un hermoso recuerdo. Aprendamos a escuchar, sin perder nunca la oportunidad de hablar o de conocer, a otras personas. Nadie es único en la vida y personas igual o más maravillosas, pueden estar más cerca a nosotros de lo que imaginamos. Permítete enamorarte, liberarte y poner tu vista en un lugar bien alto. Nunca olvide que las personas llegan, comparten momentos y simplemente pasan, dejando una estela de recuerdos o lecciones de vida.

Una realidad hoy en día, son los amores virtuales. Acaricia más al alma, que la música de unas hermosas palabras o versos. Lo malo y absurdo, es el ilusionarnos con amores imposibles. Es natural que se den y existan sentimientos por Internet, pero cuando no se puede ver a los ojos, evaluar el tono exacto de las palabras, descifrar la expresión corporal, sentir la piel del cuerpo y sentimientos, degustar y descifrar el sabor de los besos, es muy fácil el terminar con la persona equivocada. Se dice que el que se enamora no lo nota, pero poco a poco termina convertido en una persona idiota. Cuando nos enamoramos, creemos que podemos bebernos el mundo de un trago. Nada incentiva más a hacer realidades imposibles, que el amor.

Es bueno y más natural de lo imaginado, el buscar ayuda profesional psicológica o psiquiátrica. Lo importante es el no generar dependencia. Hay que ver como algo natural el tener que pagar para ser escuchados o el poder hablar con alguien, porque es imaginable el silencio, en el milenio de las comunicaciones. No piense más en lo que perdiste o se te llevó tu pareja, no te atormentes por haber perdido la inocencia, la confianza, la autoestima… aprecie y valore su belleza interior. No permita que el trabajo ni nada, arruinen su vida. Hay personas que huyen y se refugian en islas solitarias, pero hay tsunamis capaces de arrasar con ellas. Existen “relaciones basura” que no son más que tormentas de arena o lluvia de meteoritos. Hay relaciones que solamente aportan pan, circo y veneno. Aprendiendo a meditar, no a rezar, aprendemos a decir basta, no más. En los momentos difíciles, es cuando debemos buscar el consejo de las verdaderas amistades incondicionales.

Sólo aprendiendo a cerrar ciclos, puede entrar lo nuevo. Si dejamos de vivir el momento, se puede echar a perder el último día de nuestra vida o de la pareja. A veces nos engañamos nosotros mismos, y de tanto repetir nuestras propias mentiras o engaños, terminamos por aceptarlos como verdades. Tenemos que aprender a reunificar todas nuestras fuerzas, para tomar decisiones sabias. El sufrir por sufrir no tiene sentido, y tenemos que desapegarnos de la agonía, del dolor, del sufrimiento. La separación debe ser una luz de esperanza. Para llegar a ser, debemos dejar de aparentar. Es imposible sobrevivir siendo indiferentes a lo que nos rodea, porque las personas no somos piezas del reino mineral.

Para terminar simplemente sugiero: aprender a cuidar a nuestros amigos y amigas, acompañarlos hasta la puerta el cementerio si es preciso, pero no enterrarnos con ellos. Cuidémonos o alejémonos de esas personas que son como “camiones de basura”, y gocémonos la vida, aceptando y escuchando a nuestro niño interior.

Espero que estas palabras hayan sido y sean de valor y aprecio,

Héctor Cediel

Bogotá 2011-07-25