RELATOS Y CUENTOS: EL CAJERO VIVIDOR.

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RELATOS Y CUENTOS: EL CAJERO VIVIDOR.

Por: Orlando Parra D.

En un pequeño pueblo existía un banco, al cual recurrían todo los campesinos pobres y ricos, allí depositaban sus ahorros fruto de sus ventas de productos o sus jornales, como en su mayoría eran analfabetas no sabían leer ni  escribir, tenían que recurrir a alguien que les llenara el formato de la consignación, un joven cajero se dio cuenta de ello, si ofreció a colaborarles al momento de hacer la consignación el llenaba el formato firmaba ponía el sello y devolvía el recibo que el campesino  se llevaba.

Pensó esta es mi oportunidad para enriquecerme, y así cuando el campesino depositaba cien mil pesos el ponía días mil  pesos y sellaba el recibo quedándose con noventa mil pesos y si la suma era de un millón colocaba cien mil pesos y lo sellaba, esa idea siguió prosperando y para que no se notara mucho invertía lo robado a nombre de un familiar así compro casa, finca, carro y se dedico a la buena  vida mujeres, trago y prostitución.

En ese ambiente de fiestas se hizo amigo de todo el pueblo la ley, la justicia y la policía. Como era muy astuto a pesar de su juventud observo que muchos dejaban en el banco los ahorros por mucho tiempo años sin retirar, por lo cual resolvió  adueñarse de ese dinero falsificando el nombre el que tenía dinero allí guardado y cogiéndolo para él.

Su cedió que  un campesino tenía un hijo en la capital estudiando leyes y necesito dinero para unos  gastos extras del hijo, se fueron hacer el retiro al banco, pero así  sea un campesino analfabeta y no sepa leer ni escribir todo lo tiene anotado en la mente, además al hijo le preocupo ver los montos tan bajos de las consignaciones, de inmediato fueron hablar con el gerente, expusieron el caso, el pidió una revisoría y auditoria a las cuentas de sus ahorradores.

De inmediato el rumor  del robo, era voz de todos en el pueblo, la ley le informa al joven cajero  que lo iban a detener y  que huyera del pueblo como en efecto lo hizo. Los campesinos robados quedaron sin nada pues el comprobante era el recibo adulterado que el cajero les daba.

Por eso muchos resolvieron no volver al banco y sus ahorros los guardaban debajo del colchón o la cama, otros los metían en tacos de guadua, tenían que estar moviéndolo porque el papel dinero a veces se les llenaba de hongos y  se podría perder.

Por eso dicen por ahí vida de pobre de esperanzas se sostiene doblando el lomo para que un vividor doble sus bienes.

Orlando Parra D.

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Ciudad: Ibagué-Colombia.