La voz del nuevo hombre
I
Del dolor renacerá el nuevo hombre. Ese extraño hombre que fue devorado por hombres murtes. Ese hombre enamorado de los pecados y que a zarpazos destrozo sueños. Soy de esos locos que razonan con el corazón del amor y me desenamoré afortunadamente de los pecados capitales. Me cansé de embriagarme para liberarme de ella y de las absurdas sombras. Mi alma no soportó el verme sufrir y me abandonó hace un tiempo. Deliro como todo el que amó, al menos una vez en la vida. Suspiro y rebusco en el pasado, pero pesa demasiado la maleta de recuerdos. Sueño y escribo con una gota de la sangre de mis ilusiones. Viví todo lo que tenía que vivir y aún te recuerdo con fuego y ansiedad. Jamás me imaginé rechazado por ti, aunque cada uno tuvo que aceptar las propuestas de los absurdos, he intentar rehacer de alguna manera, nuestros destinos paradójicos y totalmente incongruentes.
II
Eres la primavera del color de las flores. La luz del sol que extiende sombras cual senderos del destino. Me deleito con el perfume seductor que exhalan tus anhelos. Soy la esperanza que inspira a los versos que esculpe la tinta. Imagino tu sexo y me inspiro con pasión ¿Serán castaños tus rizos? He aprendido a ser paciente, a aguardar a que maduren y broten las metáforas de sus crisálidas, para escuchar al viento, a los arboles, a los silencios y a las auroras. No me interesa respirar ni robar el aire de otros. He aprendido que la codicia solo genera envidias, infelices y desdichas. Sin amor no hay razón para existir. Pienso que el viento debe ser libre como el amor, sin robárselo a nadie, sin acapararlo para que la felicidad sea de todos y no privilegio de unos pocos. Ya aprendí a convivir con la soledad y la tristeza. He aprendido a sobrevivir con casi nada, que es más que suficiente. Ya no me interesa ser trueno, ni arremeto como un huracán al destino. Ahora soy feliz observando cómo brota poesía de los versos y me embriago con el poco amor que me permiten beber, algunas amigas de sus cuerpos.
III
Creo en la sapiencia de la sabiduría, de los filósofos de la vida. De los que se sumergen en mares de alcohol y comparten sin secretos, los bálsamos de sus palabras. De ellos heredé el pragmatismo de la historia y a no creer nunca en la prensa o cualquier medio de comunicación. Me enseñaron con su ejemplo a ser buen amigo y a ser amado a cambio de nada. Me encanta despertar con el canto de un toche y de algunos otros tipos de pájaros sabaneros. Luego la aurora corre las cortinas y el aroma fresco de la luz, invade mi estudio. Abro mi PC y busco la voz de mi amada. ¡Qué dulce es el fuego de la felicidad, cuando nos ilusionamos! Ella aún me cree lesbiano, porque el pasado para ella, jamás envejece. Me cree disperso e iluso, porque le conté que sufro de bipolaridad; es una pesadilla invisible y absurda, como casi todos los males mentales. Es como el aprender a convivir entre cumbres y abismos, paraísos e infiernos, delirios y soledades, alegrías y depresiones. No quiero que ni tu ni cualquier otra amante, sufra por mi culpa. Ya no se enloquece ni se enamora mi corazón, como antes. Simplemente aprendí a reconciliarme conmigo y con la vida. He aprendido a querer a mi dolor y a mi infortunio. Disfruto con placer a la soledad y a esa tristeza de mi corazón.
IV
El dolor de mi ascetismo le regaló luz y música a los versos de mi poesía. He roto paradigmas, códigos, códices amorosos, mandamientos existenciales. No me arrepiento de ninguno de mis errores. Sufrí y siento tristeza por más de un par de abortos, que tuve que aceptar por las circunstancias. ¿Por qué el vino de la alegría, se pica a veces? ¿Será que se avinagra la luz y los caminos se anudan? ¿Será que el insomnio, nos permite ser más intrépidos en el navegar? No sé si i piel tolere una herida más. ¿Será que es un arte y no un milagro, el sobrevivir rodeado por enjambres de enemigos? Mire la cara del chacal de su vecino, el rostro de hiena de aquella María Eugenia, las mascaras con las que cubren sus vergüenzas, las personas murte. Soporto al tedio y a las desilusiones, con tu recuerdo. Veo tus sonrisas y escucho el eco de tus palabras sabias. Razono. No creo que la belleza de tu corazón, supere tu hermosura física. Eres una mujer madura. ¿Acaso las diosas y las musas, no lo son? Ya no le siento miedo a las heridas del desamor. Son absurdas algunas laceraciones o heridas, cuando el amor pierde la cabeza. El fuego infernal es el precio que se paga por los errores. Yo soy el demonio que te seduce, el Lucifer que has aprendido a amar y te roba la poca cordura de la que gozas.
V
¡Corazón loco! ¡Corazón vagabundo! Por ser poco asceta y sumiso, mírame viviendo en el infierno, contigo. Todo lo que genere sufrimiento, es maldito. El amor es poesía. El amor es un mar de alegrías y felicidades, a veces a medias. La vida es un mar de mierda, si no la ves con amor. Escucha la rima de las melodías, así tiene que ser el espíritu del vino de la vida. El infierno no puede ser paraíso para ningún alma. Si un amigo se muere o se suicida, alégrese por él. La muerte es el viento de las velas de ese nuevo mundo, que descubrieron unas carabelas con alas de mariposa por velamen. Ningún enamorado se alegra con el infortunio del ser amado. Te amo, pero mi corazón no desea compartirte el barro ni las espinas, de ese turbio camino que desando a medias. Aléjate de las consecuencias de mis absurdos y locuras. Mi razón puede ser cariñosa, pero es la historia de una larga y absurda agonía. Sé que soy un hereje. Tengo mi propia religión y un tipo de fe muy particular. He creado mis propios mandamientos y códigos de honor. No soy muy diferente a muchos otros bastardos, cuando me disfrazo para participar de las funciones del circo. Nadie es único, indispensable o imprescindible. Sin mi corazón, con un marcapasos puedes sobrevivir. Siento vergüenza por haberte ilusionado. No fui el chaleco ni la balsa salvavidas, que creíste ver en mi. Sé que soy único como todos los malditos y maldecidos.
VI
¿Sin alma, que sería de nosotros? Sé que tu y yo, no somos más que otro par de desalmados. Sé que nos cansamos de buscar a dios y creo que Dios se cansó de buscarnos. Solo di con pastores charlatanes. Pastores que solo buscaban y rebuscaban diezmos con ansiedad.
¿Existe una diferencia, en las razones de nuestros insomnios? No duermo cuando te amo ni logro conciliar el sueño, cuando no estás para amarte. Sé que no comprendes la inocencia de mis propuestas indecentes. Vivo sediento del vino de tu cáliz, del espíritu del amor que me enloquece y me obliga a insinuarte, que deseo conocer tu cuerpo. La desnudez es el camino más hermoso hacia el amor. Desnudo me siento paseando por los jardines del paraíso. Desnudos podemos escapar de los valles de las miserias. Desnudos siempre encontramos respuestas novedosas para nuestros destinos. Nudelot es el verdadero castillo o palacio de Dios. La naturaleza es el verdadero paraíso perdido de la verdadera inocencia. La piel es el vino de las flores y de la apasionada primavera. No nos avergoncemos de andar por el mundo, como llegamos y como partiremos de él. Nuestros cuerpos son el alma del mundo y de la vida. Aprende a mirar la flor, para poder percibir su alma.
VII
Te alabo para no arruinar tus sueños. No esperes a que cambie, para no echar a perder demoliendo, tus mejores momentos. Todos somos únicos y piezas originales, de una absurda producción defectuosa en serie. Cuando nos transformamos, por lo general es para mal. Acéptame como soy. ¡Lástima que seas una mierda! me dices. No soy cruel ni indolente. Soy pragmático y realista. Es triste que los hombres seamos así. Animales con sangre fría y negra. ¡Será que el amor, solo sirve para escribir tristes historias? ¿Por qué son tan pocas las historias de amor, con finales felices? ¿Por qué solo el amor, ilumina los rostros de los amantes? La amargura es cruel y patina de ocre color tristeza, a los corazones. Si no quieres perder tu alegría, huye del frío; no escuches mis penas. Los dolores del corazón deben ser solo de cada uno y de nadie más. Cuando los corazones desvarían, pocas veces son prósperos. Entre el caos y el desorden, el hombre se enturbia. La espada requiere del fuego para el temple, así como el hombre. Sé que la fidelidad es compatible con las virtudes. El pecado es azúcar para las hormigas, carroña para los murtes, fruta para los pájaros.
VII
Vivo entre la ruina, los enemigos y el desamor, como todo naufrago. Me embriago con versos y sobrevivo con mendrugos de carne cantaletera. He intentado reconciliarme con el hombre y la vida; en verdad es difícil comprenderlos, perdonarlos y aprender a aceptarlos, tal cual son. ¿Por qué los amantes somos tan sordos e indolentes con la razón? Las miserias me han consumido más de una vez, entre las profundas aguas de las depresiones. Como todo enamorado he conocido las espinas de la ingratitud. ¿Por qué cuando abro los ojos, suspiro o tengo un pensamiento: bueno o malo, siempre estás ahí como el espíritu de mi fantasma pesadilla? Sé que eres impura y pecadora lujuriosa, como yo. Jamás he pronunciado tu nombre, ni el tuyo, ni el tuyo, porque los nombres y los recuerdos de los amantes, son sagrados. Intento vacilar lo menos posible, como los pequeños hombres. No despedazo mi vida con lamentos. Entiendo la lógica de lo indispensable. Conozco los venenos ensangrentados de algunos secretos. Sé que no existe mayor riqueza que el alborozo por vivir sin egoísmos y con lo suficiente o indispensable. A veces nada es una riqueza parecida a la que genera la pica y el azadón. Es sabia la luz de los estribillos de algunas canciones populares, cuando trasmutan los silencios del alma de la vida. Intento ser humilde como la verdadera sabiduría o los dioses justos.
IX
Es antinatural y desagradable, que el hombre sea golosina del propio hombre. El hombre nunca debió transformarse en un carroñero y menos a su vigor de hombre-macho. La virilidad tiene que ser lo más parecido a una roca, sólida así este solitaria o expuesta al ardoroso sol. El amor es y siempre será, el mejor vino para los profetas. La gloria siempre será generosa con las almas, que no tienen nada de qué avergonzarse. Un enemigo siempre será una espina. Es inevitable el ensuciarnos con lodo, si recorremos los senderos reales de la vida. Los vientos del ajedrez se reducen a derrotas o victorias; algunos obstinados optan por comerse a la reina y otros al rey. El que domina, manda. Así sea un resucitado, aunque nunca será extraño, que el alma de un miserable enamorado, sea bendecida siempre con la mala suerte o esa mala fortuna, que es sombra para los maldecidos. Solo Dios recompensa a los virtuosos y a los corruptos por sus actos, porque las religiones son enfermedades y fanatismos locos. Allí se confunden las peras, con higos, duraznos y manzanas.; aparentemente todos somos iguales ante los ojos de Dios, así seamos una masa heterogénea de absurdos e inconsistencias. Dejemos que el amor convierta a la esclavitud en dulzura. Trovemos como los ebrios, con y por el fuego de nuestras amadas. ¿Será que somos, espinas florecidas? Rio de quienes me consideran, más loco que ellos. Añoro los lamentos de los sueños, que nos permiten renacer o simplemente replantearnos.
Héctor “El perro vagabundo” Cediel 2010-01-26
hectorcediel@gmail.com hcediel2@hotmail.com
¡Necesitas ser un miembro de PSICOPRESENTE -Red de Psicología Evolutiva y Desarrollo Personal para añadir comentarios!
Participar en PSICOPRESENTE -Red de Psicología Evolutiva y Desarrollo Personal