Desde el nacimiento todas las experiencias vividas quedan grabadas de alguna manera en el cuerpo, en su fisonomía. Los músculos de los ojos, las piernas o los pies, reaccionan ante las tensiones y reacciones que sufre cada persona. Toda esa memoria de acontecimientos y vivencias hace que el cuerpo tome una forma determinada.
El cuerpo se hace esclavo de la rutina, de los movimientos mecánicos, y de las relaciones entre las diferentes partes del organismo. Hay que entrar en contacto con el cuerpo, habitarlo, tomar conciencia de él, para encontrar vitalidad, salud, y autonomía.
La antigimnasia propone la realización de una serie de ejercicios de estiramiento que permita que los músculos -atrofiados, deformados, o retraídos por acción de los actos cotidianos- recuperen su movilidad, y se liberen de la tensión.
El cuerpo como un todo.
Para practicar la antigimnasia es necesario considerar el cuerpo vivo en su integridad, y no por partes. Todo está interaccionado entre sí. Bertherat descubrió que había una cadena de músculos (que llamó la cadena de músculos posterior) que recorre el cuerpo desde la cabeza a los pies.
Desarrolló la figura del tigre que todo el mundo lleva cargado a la espalda, el cual sirve para explicar el trabajo de la cadena de músculos. Cuando hay una lesión en la espalda, es porque se trabaja mucho con esos músculos, el tigre carga con todo el esfuerzo, sin dejar a los músculos delanteros trabajar.
Hay que llegar a domesticar al tigre, conocer los músculos, de manera que se llegue a independizar cada movimiento, utilizando la parte del cuerpo correspondiente, y ahorrándose energía y esfuerzo de manera considerable.
TERAPIAS COMPLEMENTARIAS
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Descripción
LA SALUD A TRAVÉS DE LAS TERAPIAS COMPLEMENTARIAS
NUESTRO CUERPO ES NOSOTROS MISMOS -ANTIGIMNASIA
por KARMEN
8 Sep 2014
Desde el nacimiento todas las experiencias vividas quedan grabadas de alguna manera en el cuerpo, en su fisonomía. Los músculos de los ojos, las piernas o los pies, reaccionan ante las tensiones y reacciones que sufre cada persona. Toda esa memoria de acontecimientos y vivencias hace que el cuerpo tome una forma determinada.
El cuerpo se hace esclavo de la rutina, de los movimientos mecánicos, y de las relaciones entre las diferentes partes del organismo. Hay que entrar en contacto con el cuerpo, habitarlo, tomar conciencia de él, para encontrar vitalidad, salud, y autonomía.
La antigimnasia propone la realización de una serie de ejercicios de estiramiento que permita que los músculos -atrofiados, deformados, o retraídos por acción de los actos cotidianos- recuperen su movilidad, y se liberen de la tensión.
El cuerpo como un todo.
Para practicar la antigimnasia es necesario considerar el cuerpo vivo en su integridad, y no por partes. Todo está interaccionado entre sí. Bertherat descubrió que había una cadena de músculos (que llamó la cadena de músculos posterior) que recorre el cuerpo desde la cabeza a los pies.
Desarrolló la figura del tigre que todo el mundo lleva cargado a la espalda, el cual sirve para explicar el trabajo de la cadena de músculos. Cuando hay una lesión en la espalda, es porque se trabaja mucho con esos músculos, el tigre carga con todo el esfuerzo, sin dejar a los músculos delanteros trabajar.
Hay que llegar a domesticar al tigre, conocer los músculos, de manera que se llegue a independizar cada movimiento, utilizando la parte del cuerpo correspondiente, y ahorrándose energía y esfuerzo de manera considerable.